Maid sin spoilers: cualquier parecido es pura realidad
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, advierten los anuncios previos a una ficción. Pero la nueva miniserie de Netflix, Maid o Las cosas por limpiar, sabe que esas similitudes son pura realidad.
Por Flo Straso
En este artículo conversaremos sobre la nueva miniserie de Netflix: Maid -sirvienta, en inglés- traducida al español como “Las cosas por limpiar”. Una propuesta digna de maratón compuesta por 10 episodios de 50’ disponible desde el 1 de octubre. Está basada en una novela autobiográfica de Stephanie Land, titulada “Sirvienta: Trabajo duro, poca paga, y la voluntad de una madre por sobrevivir”. Cuenta la historia de Alex, una chica de 25 años que decide separarse de su novio alcohólico y emprende un duro camino junto a su hija de casi 3 años: el camino de salir de un vínculo violento y, para salvarse, comienza a trabajar limpiando casas. Es un drama y es durísimo; pensé en dejarla reiteradas veces, pero recomiendo seguirla hasta al final.
A diferencia del planteo que realicé en el artículo Netflix, feminismo y confusión, reconozco que en esta oportunidad la plataforma streaming de consumo masivo comparte un material de calidad. Los temas que trata y el tratamiento que realiza posee el cuidado que requiere; y la profundidad que nos ofrece me hace celebrar que esta serie se mantenga en el top 10 de lo más visto… Porque la realidad allí planteada es un espejo de miles de mujeres en situación de violencia y es bueno que el mundo se entere que la vida real es tan o más dura que la ficción. Por eso me animé a armar un punteo de las cosas que -a mi criterio- pasan tanto dentro como fuera de la pantalla. ¿Empezamos?
El abuso emocional y económico es violencia. La violencia de género posee múltiples expresiones que van de menor a mayor grado, siendo el femicidio el último eslabón de la cadena, comenzando por maltratos verbales y psicológicos, con un fuerte abanico de expresiones en el medio. Las leyes actuales, de hecho, contemplan como violencia no sólo la física, sino también la sexual, la simbólica, la psicológica, y la económica y patrimonial. La protagonista de esta serie decide separarse por reiterados maltratos psicológicos, devenidos en violencia psicológica. La alerta de Alex se activa antes del golpe. Y como suele pasar en el 99% de los casos, la violencia económica aparece para recalcar los roles de proveedor del varón (que trae el dinero a la casa) y que utiliza ese hecho para manipular a la mujer.
Trabajar por la autonomía económica es trabajar por la autonomía real. Como sucede dentro y fuera de la pantalla, muchas mujeres no abandonan el vínculo violento porque no tienen trabajo, casa, ni dinero; sienten miedo de qué va a pasar con ellas y sus hijos si abandonan ese lugar y deciden quedarse ahí. Pero Maid invita a todas las mujeres del mundo a salir, aunque no sea fácil, y lograr su autonomía. De hecho, la serie ofrece un contínuo registro de la economía de la protagonista, cómo cuesta conseguir el dinero y qué fácil lo gasta, y cómo lucha para generar fondos y sobrevivir.
El ciclo de la violencia y la ruta crítica. Estas dos dimensiones aparecen en la mayoría de las relaciones que atraviesan violencia de género. Como la serie se inspira en la realidad, lo muestra a las claras: la acumulación de tensión que luego se transforma en agresión, y el arrepentimiento que deviene en reconciliación es el a-b-c del círculo… Porque puede seguir amando al agresor a pesar de los escenarios más terribles, por eso hay que darle tiempo. La ruta crítica, ese momento en donde la persona en cuestión dice basta, también es expresado a la perfección en la ficción: cuando su vida o la de su niña está en riesgo se precipita el inicio de la ruta crítica.
La importancia de los equipos especializados. El apoyo que la protagonista encuentra en el refugio para víctimas de violencias es clave. Hoy en día, la mayoría de las localidades cuenta con un equipo técnico para ayudar a las personas que lo necesitan… La serie reconoce esos espacios que muchas veces son subestimados por el mismo Estado, que ningunea vidas en riesgo al no destinar presupuesto suficiente. Gracias a la serie, el mundo entero puede ver la trascendencia y la importancia de espacios como estos que reciben, orientan, apoyan, escuchan e impulsan a la persona en situación de violencia.
La persistencia del pacto de caballeros. El patriarcado se escribe con p de padre y esta serie no titubea al momento de mostrar la complicidad que existe entre los varones que siempre tienden a protegerse entre ellos, subestimando la palabra de las de más, cuidando sus propios privilegios y actuando a través de la omisión y la naturalización de la violencia y la crueldad.
Manifiesto para todas las Alexs del mundo:
Más allá de la hegemonía de la protagonista y los personajes, me interesa destacar que -probablemente- todos tenemos cerca a personas que atraviesan una situación similar. Puede ser una mujer de cualquier edad y clase social, cercana o lejana, considerada una sobrevivientes de violencia de género. Por eso, si tenes una Alex en tu vida acompañala al punto tal que su vida ya no corra riesgo… Porque en un país donde una mujer es asesinada por su pareja cada 37 horas, no estamos para mirar al costado.
La hermandad entre mujeres es un hecho, en la ficción y en la realidad; ya no estamos solas y seguramente siempre habrá una amiga-hermana-vecina-madre o hija dispuesta a ayudar. La burocracia estatal y el sistema judicial no demoran en mostrar la hilacha, pero las redes feministas están por todos lados, es cuestión de encontrarlas y aprovechar algunos recursos que de manera individual quizás cuestan mucho más.
Y ya basta de posponer sueños y proyectos personales. Cada mujer en situación de violencia de género, sobreviviente o asesinada, tiene en su haber una pila enorme de sueños, deseos, expectativas y potencia que son pospuestas y están aguardando la libertad. Seamos artífices de nuestro destino. Trabajemos siempre por nuestra autonomía.
A Netflix no le interesa mucho salvar aquellas vidas que están en riesgo por el machismo. Pero en esta oportunidad no sólo factura con la serie Maid, sino que sensibiliza, y mucho. A todas las Alex del mundo: aunque sea cuesta arriba, subamos juntas… y sigamos luchando como chicas.
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