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Neocordobesismo entre armas y bolsos

Entre los bolsos de Oscar “Dr. Muerte” González, y un ataque narco en San Francisco, se contempla una realidad cambiante para Córdoba y una renovación del poder político con un atrasado cambio de generación.

Por Lea Ross | Ilustración: @fuska.visual

El abogado del Dr. Muerte, el también doctor Miguel Ortiz Pellegrini, ratificó la autenticidad de la imagen de dos personas que extrajeron bolsos del baúl del BMW del legislador chocado, una hora después de ocurrido el siniestro. También aseveró que en su interior había ropa y que es pura “imaginación” creer que había dinero en los mismos, como especuló parte de la prensa:

La Luna con Gatillo fue uno de los medios que planteó la hipótesis o “imaginación” de que esos bolsos cargaban dinero, a partir de esta serie de especulaciones:

  • la extracción de los bolsos se realizó a la vista de los uniformados policiales, y con un móvil de frente al vehículo tumbado, como si se pretendiera bloquear el paso a testigos;
  • la extracción del mismo fue una adulteración de la escena del crimen, con una persona ya fallecida en ese entonces, con lo cual no resulta convincente arriesgar a recuperar la ropa de verano y con la venia policial;
  • el siniestro ocurrió en el contexto de las elecciones importantes de la cooperativa CEMCO, donde triunfó una lista adherente al Dr. Muerte, y que funciona como una base territorial importante en el departamento San Javier, donde es oriundo el doblemente imputado. Otro dato: en la ciudad de Villa Dolores, el municipio no lo maneja el oficialismo provincial. Por ende, se torna más urgente manejar las riendas de instituciones periféricas importantes;
  • el uso de gorras por parte de ambos sujetos parecieran pretenden ocultar su identidad;
  • los bolsos no corresponden a ser los típicos que se usan para transportar vestimenta;
  • las irregularidades financieras que maneja el Dr. Muerte eleva las posibles suspicacias monetarias. Tal como lo publicó el presente portal, a partir de las subdeclaraciones juradas del mismo, se calcula que posee unos bienes no declarados que superan los 450 mil dólares, que tranquilamente podrían monetizarse.

Todas estas posibles maniobras, como así también las especulaciones que desencadenan estos últimos, las conoce Ortiz Pellegrini, quien había sido designado Fiscal General de la Provincia, elegido por el entonces gobernador radical Ramón Mestre, sin que generara ningún avance de causas significativas. Luego de la crisis del bipartidismo del 2001, se sumó al partido Frente Nuevo, que llevó a Luis Juez a la intendencia capitalina en 2003. En 2007, pasó a ser presidente de la bancada juecista en la Legislatura, pero renunció en 2009, luego de una denuncia por incompatibilidad en el ejercicio de su profesión, al litigar contra la empresa estatal de transporte TAMSE, lo cual está prohibido por la Constitución.

En la actualidad, Ortíz Pellegrini milita en el partido GEN de Margarita Stolbizer, conocida por ser una denunciadora serial contra la corrupción kirchnerista. En Córdoba, ese partido forma parte del frente electoral Hacemos Por Córdoba, encabezado por el PJ. Se cree que el acuerdo pudo lograrse al convencer a Juan Schiaretti de terminar con el financiamiento de las campañas mediante el aporte de empresas constructoras que trabajan en obra pública. Eso no evitó que existan triangulaciones para disimular las canalizaciones, como es el caso de Minerar SA, empresa de servicios mineros que otorgó uno de los mayores aportes al debut del frente electoral en 2019, y que resulta tener una constructora como es Paolini Hnos., ganadora de la mitad de las secciones de la Autovía de Paravachasca.

Una familia cooperativa

Hoy sabemos que en esa fotografía, que fue aportada luego de una fuerte campaña viral en pedido de aportes a personas que pudieran dar testimonio o pruebas sobre lo ocurrido, están identificadas esas dos personas. Sus nombres son Belén Badra, sobrina de Oscar González, y Claudio Collino, empleado del CEMDO.

CC. y B.B.

CEMDO, una de las cooperativas más pesadas de la provincia, fue fundada en 1941, impulsada entre otros por el intendente de Villa Dolores de ese entonces: el radical terrateniente Juan Manubens Calvet, reconocido por ser uno de los mayores multimillonarios que tuvo la historia de Córdoba, cuya defunción, ocurrida en 1981, desencadenó una disputa intrafamiliar por la herencia. Quien firmó el acta de fallecimiento fue el mismísimo Oscar González.

Así lo reconoció en una entrevista que le había realizado a La Voz del Interior en el año 2017: “Yo acababa de volver a Villa Dolores y él (Manubens Calvet) me pidió que fuera a verlo a su casa. No lo conocía en persona. Presumo que tuvo que ver con que sus padres eran inmigrantes catalanes que habían llegado junto con mi bisabuelo materno. Me llevé una sorpresa porque conocía todo sobre mi vida y me pidió que fuera su médico local. Él tenía otro en Buenos Aires, pero desde ese día me convertí en médico suyo, de su pareja Margarita Woodhouse y de los empleados más importantes de sus emprendimientos, a los que él me mandaba con una notita escrita a máquina, con la que los autorizaba que me vinieran a ver”.

González acompañó a Manubens Clavet en los últimos diez años de su vida, casi la totalidad de los años setenta. En ese lazo de confianza, se contagiaría esa maldición sobre las especulaciones patrimoniales.

Mientras que Belén Badra, sobrina de González, tiene como hermano a Luis Esteban Badra, quien vive en un country en Villa Allende, y maneja las cuestiones de gestión, y quizás de finanzas, de la Secretaría de Salud (la misma área a la que se dedicaba González) de la capital cordobesa, a cargo de Martín Llaryora. Daniel Badra mantiene un lazo matrimonial con una pariente directa de otro médico cirujano conocido en Tralasierra: Juan Uez, director del principal nosocomio de la ciudad de Villa Dolores, capital departamental de San Javier, y ex candidato a intendente para el actual gobierno provincial.

La familia Badra tiene negocios en común con Alex y Zeke Hayes, conocidos en el ámbito de la cacería y que aseguran manejar diez mil hectáreas en suelo cordobés. Con el justificativo de la sobrepoblación de aves, la firma H&H Outfitters, de los Hayes, atrae a una clientela de Estados Unidos, acostumbrados a portar rifles, para realizar sus tiros contra palomas de hasta mil disparos en un día. La tarifa incluye un alojamiento lodge con yacusi y masaje. De la mano de American Airleans, los vuelos directos desde Miami los gestiona la multinacional Trek International Safaris que, según su página web escrita en inglés, señalan que la “familia Badra es pionera en el tiro al pichón en la zona (del norte cordobés) y lleva más de 20 años en el negocio”.

Inmuebles para todes

Los dólares que atrae el saludable negocio de la familia Badra-González-Uez para matar palomas no se reflejan en los números pesificados que realizó el Dr. Muerte en su declaración jurada. En particular, de los inmuebles declarados, donde incluye un lote cuyo valor de mercado es de 5 centavos.

La famosa mansión que tiene el Dr. Muerte en San Javier, valuada de manera irrisoria en tan solo 398 mil pesos, se encuentra cercana a la plaza del pueblo. Es conocida por su frondosa arboleda, con un enrejado y columnas de mampostería que marca distancia con la vivienda, las que recibieron un escrache luego del siniestro vial, en reclamo de justicia por las víctimas. También tienen, de decoración, un cañón de guerra en la entrada, que no sirvió de mucho para defenderse del ataque con grafiti.

Tal como lo expuso el portal Striptease del Poder, el enorme inmueble no figura en el catastro provincial, como si se tratara de tierra de nadie. Así lo evidencia el siguiente mapa catastral, donde los polígonos de distinto color marcan las parcelas registradas. Pero el enorme espacio vacío en la parte central de la imagen, con un denso arbolado que da sobre la calle, con varias edificaciones y una pileta de natación cerca de este, no está dentro de ninguno, señal de su clandestinidad.

A esto se le suma la situación de otro inmueble, que es la de un lote en Yacanto, donde lo comparte la mitad y reteniendo un valor capital de 40 mil pesos. Todo indicaría que la otra mitad sería de su anterior pareja, Emma Beatriz Senesi, quien hace un lustro pretendió realizar una inversión inmobiliaria allí, y que generó una fuerte movida vecinal en Villa Dolores y Yacanto, pueblos muy pegados entre sí, al estar ubicado en zona roja de alta conservación de bosque nativo. La reacción vecinal no dejó pasar que se trataría de un negocio de González.

El otro lote de 5 centavos también estaría compartida entre González y Senesi. De hecho, en el año 2015, a un familiar de Emma Senesi se le asignó una batería de funciones en el puesto que tiene en la delegación de Villa Dolores de la Dirección General de Rentas, como son la gestión de intimidación a contribuyentes morosos, dirigir y coordinar funciones de la delegación, computar tareas, etc. En los hechos, eso es acceder y manejar información sobre tierras estancadas financieramente y baratas para ser adquiridas. Y, quien sabe, anular el valor fiscal de un inmueble. Previo a eso, Franco Senesi había tenido un puesto en un ministerio a cargo del Dr. Muerte, designado a dedo por él mismo.

La herencia

El politólogo Federico Zapata había planteado, en una nota para la revista Panamá, que José Manuel de la Sota construyó “una nueva élite, que se sustentó en una alianza generacional entre referentes de la Córdoba industrial (la Capital) y la Córdoba farmer (el interior de Córdoba)”, mediante un liderazgo colectivo territorial conformado por él mismo, Juan Schiaretti, Oscar González (Traslasierra), Carlos Caserio (Punilla), Olga Ruitort (Ciudad de Córdoba) y Humberto Roggero (Río Cuarto).

Para Zapata, la consolidación de ese poder se logró mediante distintos capítulos:

1 – Reinventar una economía política, basada en una coalición inédita entre los capitanes de la agroindustria provincial, como Arcor y Aceitera General Deheza, los productores agropecuarios, y las principales entidades industriales y de servicios agrupadas en el G6. Así, el capital aportaría inversión e internacionalización; la política, una democracia tecnocrática, capitalista y modernizadora; y el epicentro de las ideas de esa alianza informal sería la Fundación Mediterránea.

2 – Construir, paralelamente, una burguesía dinámica y un poder político fuerte. Entre ambos, se enlazaron fuertes vasos comunicantes, forjando una suerte de ecosistema colaborativo, pero respetando sus respectivas autonomías. “De hecho, los líderes políticos cordobeses del período democrático no pertenecen a la alta burguesía provincial”, subraya Zapata.

3 – Leer el auge de la bioeconomía. Allí se contempló su proceso de agregado de valor e innovación en la ruralidad, encabezada por empresas que invierten en los biocombustibles. Pero también generó un empoderamiento del “campo ampliado” vis a vis a la urbanidad, permitiendo absorber a más cuadros políticos rurales provenientes de los partidos demócratas locales, como Martín Llaryora (San Francisco), Daniel Passerini (Cruz Alta), Manuel Calvo (Las Varillas), entre otros.

Ahora, lo que Zapata no recordó fue que la entrada de algunas de esas últimas figuras ocurrieron luego de la noche del 3 de diciembre de 2013, cuando la capital padecía los saqueos y los linchamientos en las calles, fruto de un acuartelamiento policial, mientras el gobernador De la Sota estaba en Panamá. A su retorno, renovó su gabinete, permitiendo la entrada de esos personajes, de los cuales nunca se les habilitó previamente.

A diferencia de un De la Sota que pretendía durante dos décadas a toda costa de ser presidente de la Nación, Schiaretti tuvo mayor capacidad de evitar la confrontación y lograr vasos comunicantes para saldar varias discusiones que ponían en jaque su modelo. Un caso concreto fue el reemplazo del Código de Faltas, defenestrado por la sociedad organizada mediante la Marcha de la Gorra, y reemplazarla por el Código de Convivencia. También ha sido notable lograr acuerdos comunes en el heterogéneo espectro rural, de los terratenientes al campesinado, mediante el impulso de las Buenas Prácticas Agrícolas. Finalmente, se suma los acuerdos con organizaciones barriales de enorme peso, como el Movimiento Evita, luego del hartazgo de los fracasos del kirchnerismo cordobés y otras alternativas progresistas.

Finalmente, la mutación de Unión Por Córdoba a Hacemos Por Córdoba tuvo como clave la unión de otros frentes progresistas y de centro, sean de partidos como el Partido Socialista o el GEN, y de referentes particulares (como Liliana Montero y Nadia Fernández, que provenían del juecismo, y Santiago Gómez, que era el segundo del partido de Tomás Méndez y co-conductor de su ciclo televisivo ADN). Todos coincidieron en generar una mayor comunicación con el poder político de Santa Fe, donde gran parte del presente siglo fue gobernado por el PS. Esta renovación ocurre luego de la salida de varios nombres de la generación anterior, con la muerte de De la Sota, con el éxodo de Caserio y Riutort al oficialismo nacional, con el choque de González y con un Schiaretti imposibilitado a seguir siendo gobernador.

El problema de este proyecto es que, a nivel histórico, se cimentó con la soja transgénica, que hizo brotar esa meritocracia que rechaza al Estado como incautador de lo ajeno vía retenciones. Por eso están los intentos de trasladar el eje de la soja (commoditie, monocultivo, sin valor agregado) al maíz (sustentable, con valor agregado, eficiente), que ahora tendría la posta Martín Llaryora, con la venia de ser el candidato a gobernador de este proyecto para el próximo año. Pero, a la vez, con una sociedad “meritocrática” que ha tendido a canalizar sus votos a alternativas que comulguen entre el anti-peronismo y el anti-progresismo, que en la actualidad lo encabeza Luis Juez.

Por eso no es menor lo ocurrido en la ciudad de San Francisco, la ciudad donde Llaryora fue intendente dos veces, cuando el jefe municipal Damián Bernarte recibió un disparo en el abdomen a la salida de una fiesta, donde perdió un riñón y cuarenta centímetros de sus intestinos. Todas las partes oficiales insisten en que no se trató de un ataque con tintes políticos, sino de cuestiones personales. Se sabe que el atacante es pareja de una empleada del municipio.

Pero la generala está servida cuando dos noches después, dos motociclistas efectuaron disparos contra la pared del Hospital Regional José Bernardo Iturraspe, donde está internado la autoridad principal de la ciudad. Luego de las detenciones de los autores materiales del atentado, la investigación apunta a que se trató de una confusión de un ajuste de cuentas, donde los gatilladores creyeron que dos allegados de Bernarte, que vinieron a visitarlo al hospital, pertenecían a una banda criminal competidora.

Más allá de esas hipótesis, hay un dato objetivo que no se puede dejar a un lado: nunca en la historia de Córdoba padeció un atentado narco a una de las instituciones del Estado. Sea por códigos o por acuerdos políticos, las balas que emergen de los negocios criminales nunca impactaron en los muros del poder político.

Ante ese panorama, se hará cargo el próximo gobierno.

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