San Marcos, un refugio para todas las sangres que llegaron de regiones a la marcha contra Boluarte
El cierre de puertas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) llevada a cabo por estudiantes el 17 de enero permitió albergar a más de 600 personas provenientes de Cusco, Puno, Arequipa, VRAEM y Abancay para que puedan participar en el Paro Nacional. Al cierre de la nota, la Policía Nacional intervino la universidad en grave violación a la autonomía universitaria y realizó detenciones arbitrarias.
Por Ghiomara Rafaele para Wayka – Foto : Luis Javier Maguila
—Venimos de nuestros sitios, autoconvocados. Nadie nos obliga, nadie financia—, expresa uno de los tres dirigentes de San Román en Puno que llegó a Lima junto a otras delegaciones de regiones para protestar contra el gobierno de Dina Boluarte.
Es 18 de enero de 2023 y son cerca de las 10:40 de la noche. La puerta tres de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos abre sus puertas, mientras aplausos y arengas llenan el ambiente. Al bajar del bus, el dirigente de San Román toma su megáfono y grita: “La sangre derramada jamás será olvidada, la sangre derramada jamás será olvidada”. Lleva más de 30 horas de viaje, pero su voz no se apaga.
Llegada de la delegación de San Román, Juliaca a San Marcos. Fuente propia.
Con él venían más de 50 personas provenientes de Juliaca;entre padres, hijos, abuelos, abuelas y madres. Llevan banderas wiphalas que flamean y arengan tras bajar del bus.
Otras comitivas de ciudadanos también llegan a Lima desde Cusco, Puno, Arequipa, Abancay y el VRAEM. La Universidad de San Marcos es ahora un centro de acogida de las delegaciones de regiones que participan del paro nacional que inició el 19 de enero. Sus estudiantes tienen tomado el campus de todas las sangres. El pedido principal es la renuncia de Dina Boluarte, pero fue la masacre del 9 de enero en Puno que enervó la indignación ciudadana para irrumpir la ‘tranquila’ indiferencia de Lima. La crisis en Perú ya va dejando 19 civiles asesinados y 52 heridos.
En total las personas alojadas en San Marcos serían alrededor de seiscientas, quienes hacen uso de los espacios comunitarios como veredas, pistas, bosques y parques de la universidad más antigua de América. Improvisadamente han armado colchones en base a cajas, plásticos y mantas que les cubre del frío y la dureza del cemento.
En la calle principal de San Marcos, juliaqueños forman un círculo con sus tambores, los sikuris rasgan las notas musicales y se intercalan con cánticos. “Mucho tiempo te dediqué, mi vida entera yo te la di, hoy solo queda de aquel ayer los mil recuerdos que dejas ir”, entonan los hombres y mujeres bailan.
Al costado del grupo de sikuris, una mujer sirve la cena. Esa noche comerán tallarines rojos. Las provisiones de alimentos que trajeron las delegaciones sumado a los donativos en Lima, ha logrado garantizar la comida para las delegaciones. Un logro de la solidaridad popular. El lugar de acopio de alimentos ya empezaba a sobrepasar las dos carpas montadas por la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM). Plátanos, mandarinas, panes, bebidas gaseosas, agua, papel higiénico, galletas, dulces, papas, fideos inflados, atunes, y las donaciones continuaban llegando
—Nuestros hermanos del pueblo se han solidarizado con nosotros, con los víveres, con gaseosas, con comida. Pero nos dicen: ‘a estos quiénes los financian’. A nosotros nos financia el pueblo. Nos dan para sobrevivir. No necesitamos financiamiento de alguien— comenta un ciudadano de Juliaca.
Al campus también llegaron grupos de ciudadanos para apoyar a las delegaciones. “Las Peloteras de la Victoria”, una organización conformada por 10 mujeres migrantes de Huancavelica, Huánuco, Abancay y Andahuaylas, repartieron desayunos gratuitamente.
—“Nos sentimos indignadas por el asesinato de nuestros compatriotas. Sentimos el dolor, nosotraos somos mujeres de provincia. Como mujeres no nos sentimos representadas por Dina Boluarte, que no se victimice usando el término mujer. Nosotras somos mujeres y no la apoyamos —”, expresa una las integrantes.
La delegación de Sicuani, Cusco, viajó con una comitiva de 58 personas desde el día lunes por la tarde. Más de 26 horas de trayecto. Un viaje que suele hacerse en 21 horas, pero que la Policía Nacional retrasó con operativos en las carreteras, a las entradas de Lima.
De Canchis llegó una comitiva de más de 150 personas. Esta provincia también de Cusco fue una de las primeras en declararse en paro tras la vacancia de Pedro Castillo. Desde el 7 de diciembre tomaron puentes y mostraron su rechazo al actual régimen. Su pedido es firme: piden la renuncia de Dina Boluarte.
La noche seguía despierta. Un pequeño grupo empezó a marchar al interior de San Marcos. Una pancarta morada que los identifica como ciudadanos pertenecientes a la región de Puno arenga: “Y va a caer, y va a caer, la asesina va a caer”. Sus voces se mezclan con aplausos, trompetas y maracas.
EL DÍA DE LA MARCHA
A la mañana siguiente, el desayunó se sirvió a las 8 de la mañana. Avena o quinua acompañada de pan con queso o pan con jamón. Mientras algunos ciudadanos terminaban de desayunar, otros coordinaban . Uno de ellos, Harry Pari de Lampa en Puno arribó a Lima con 45 personas que también vienen a exigir la renuncia de Dina. Pero también a reclamar por el olvido del Estado en su distrito.
—Es triste la región de Puno. Hablan de que no hay pobreza en el país, pero en mi distrito de Cabanillas [en Lampa] no contamos con agua potable, no contamos con buena infraestructura para la educación y salud. Hablan de desarrollo, pero solo hay desarrollo para ricos, pero para los pobres, seguimos siendo pobres—, dice Harry.
La situación estaba calmada en el campus sanmarquino, cuando cerca de las 11 de la mañana empezaron a llegar más de diez motorizados y un contingente policial. La rectora de la universidad, Jerí Ramón, busca que la universidad sea intervenida, sin ninguna consideración de la autonomía universitaria ni de los derechos humanos de las personas que pernoctan en la ciudad.
Al mediodía, una multitud salía de San Marcos. Pancartas, cascos, sikuris, bombos, botellas de agua, alimentos, mochilas y consignas eran parte de la movilización. En primera fila de la marcha, la Federación Universitaria de San Marcos portaba unos escudos de triplay y cascos azules. “Vamos pueblo, carajo. El pueblo no se rinde, carajo” fue la primera arenga que se escucharía hasta llegar a la Plaza 2 de mayo. Allí un mar de ciudadanía vitoreaba la renuncia de Boluarte.
ACTUALIZACIÓN: EL REGRESO A LOS NOVENTA
La mañana del 21 de enero, un contingente de la Policía Nacional ingresó al compus universitario. Derribaron la puerta 3 de la avenida universitaria, dañando la infraestructura en una abierta y grave violación a la autonomía del claustro universitario. En el interior, estudiantes y ciudadanos de las regiones fueron detenidos sin ningún respeto a sus derechos humanos ni fundamentales. Mientras se publicaba esta nota, aún abogados persistían en conocer la situación dentro de la ciudad, y de las y los detenidos.