El fin del progresismo
Siguen las mingas en el Valle y les jipis discurren acerca de la profunda grieta entre teoría y práctica, acción-fuego y viento-pensamiento, devorandónos las llamas de este pachakuti donde pueden ligara desde Sai Baba a Jorge Rial.
“Toda ciencia de la realidad puede servir para dos fines: conocer la realidad y operar sobre ella. El primero da origen al uso teórico de la ciencia; el segundo, a su uso práctico”.
Julio Olivera
“Te voy a confesar que los intelectuales me rompen las bolas. Abominables intelectuales que divorcian la cabeza del cuerpo. Goya decía que la razón genera monstruos. Hay que razonar y sentir. Porque cuando la razón se divorcia del corazón te convido para el temblor”
Eduardo Galeano
“La cultura occidental excluye las contradicciones. Lo alternativo aparece como un concepto interesante pero siempre en la disyuntiva. Es ilusión. Lo indígena busca la complementariedad. Estamos en una sociedad capitalista, propiedad privada, ingresos, dinero, tu no puede borrarlo de un plumazo. Si vives en el campo es obvio que esa complementariedad va a ser más natural. Ahí lo occidental, el teléfono, la radio, el dinero, la cuenta bancaria, no es que van a desaparecer, pero se van a minimizar. Pero si vives en una gran urbe, tienes que ser millonario para ponerte en una función ecologista, porque nada va a ayudar a eso”,
Javier Medina
“Si nosotros no nos podemos pensar como militantes inscriptos en una historicidad que tiene que asumir la crudeza de que habitamos el nuevo orden mundial que se construyó después de la derrota estrepitosa de la experiencia comunista, vamos a partir de un diagnóstico que ya tiene en sus inicios la lógica neoliberal: que todo tiene que ser una permanente buena onda, estar pa’ atrás y decirnos que estamos bien. Eso no quiere decir no ver nuestras pequeñas victorias. Resignarnos es un camino poco fructífero”.
Mariano Pacheco
“Menos teoría. Más empatía”
Grafiti in fasebok
Por Tomás Astelarra Ilustración: @nico_mezca
Minga. Nos acabamos de fumar uno. La peña retoma la tarea. Hay una discusión eterna sobre la forma de encadenar los adobes en una esquina del rancho de 4×4 del Taita Gabi. En un descuido el Jipi agarra un balde de mezcla un par de adobes y lo sitúa en la bendita esquina como se le canta el orto. “Es así”, dice y pasa el bareto.
Para buena parte de la jipiza valluna se trata de un acto de violencia. Como algún ancestral tinkazo que le propina a sus hijos. Siempre con esa dulzura posterior que solo le he visto aplicar a las mamitas bolivianas. Como si el instante violento rápidamente se diluyera, como rayo del cielo, que no guarda el enojo, ni aprovecha para descargar sus iras pasadas, ni la destila en manipulaciones y terror psicológico, solo es, parte, del momento, de la tierra, viene y se va. La tormenta de esa Amerika Profunda de Kusch donde el estar es antes que el ser. Sin demasiados devaneos entre el bien y el mal (que al fin tarde o temprano danzan como amaruserpientes o dragones soñadores disolviendo las polaridades binarias), que no son parte del lenguaje ancestral, sino una de las claves de esta crisis civilizatoria o bendito descalabro mundial. Lo contrario a esa moralina progresistas sobre un par de vacunas de favor en un mundo corrupto en lo mas íntimo de cada ser, en la injusta distribución de no solo el ingreso sino también la tierra y el alimento (en manos de los fabricantes de vacunas), en los paquetitos de super que llevan inscripta la enfermedad o la muerte de alguna puebla lejana e invisibilizada. Como si no existiera la servilleta de Corach o mi ídolo del chamullo profesional Aníbal Fernández no hubiera escapado en el baúl de un auto de una redada narco o usado servilletas para presionar algún juez amigo. Como ese militonto k que me insistía que De Vido no había choreado. Miré para todos lados en el bar donde tomábamos un coqueto café: “Yo puedo entender que los dirigentes de tu corriente política tengan que decir en la tele que no chorearon. Pero acá estamos los dos solos. ¿En serio vos pensás que se puede gobernar sin chorear en la Argentina?”.
Igual que esa masa uniforme que piensa que la “política” es corrupta pero los empresarios son valientes meritócratas pagadores de impuestos con ongs que ayudan a les niñes pobres de África. O esa iluminada minoría que nos ponemos las plumas pensando que somos indios y nuestras asambleas son horizontales, nuestra palabra justa, nuestras organizaciones no están afectadas por un histórica herida de comunicación y vincularidades (que trasforman la política en terapia de grupo o solapadas dictaduras emocionales). O que no existen abusos de poder, corrupción, patriarcado e injusticias en nuestros ghetos de construcción dizque autonómica y autogestiva (muchas veces bancadas directa o tangencialmente por esta hidra capitalista).
-Si hasta ahora resulta que lo zurdos bancamos el toque de queda, la criminal industria farmacéutica y las ventas por Mercado Pago – advierte la chica punk.
-¿Y los pseudos espirituales ecologistas? Se vienen a vivir al Valle con la plata de papá gerente financiero o un alquiler que le dejó un abuelo que estafó a los indios y resulta que los pobres pibes criollos son chorros porque le roban una planta de mierda y entonces hay que matarlos, cortarles los huevos o llamar a lo policía y otras autoridades de las que elles reniegan de palabra. Se hacen los ecologistas, y está gente hace años que vive en su tierra sin mayores consumos aguantando la pobreza, la ducha fría, la sopa de zapallo eterna del invierno, el frío del machete sobre la jarilla y ahora que se pueden comprar un auto por primera vez en su vida no le quieren pavimentar las calles así les dura un poco más. Eso sí, pa ir a las ciudades que los paisas ni conocen usan las autopistas del IIRSA, construidas en base al desmonte, con la 4×4 que le compró el papi gastando litros de petróleo o algún otro combustible extractivista (sin contar las algas kombu importadas de China)- despotrica el Jipi.
-No hay yoga ni meditación que alcance-aporta Suipacha- El monstruo ta bien adentro. El miedo tiene generaciones. Todos los negros o indios tarde o temprano son chorros. Las mujeres mercancía. Van a Bolivia cinco días de apuro y se quejan porque todo es un quilombo y no practican “la atención al cliente colonizador” o te cobran caro en los mercados donde la palta te cuesta siete veces menos que un supermercado argento. Después mandan un flaier por fasebuk denunciando la dictadura boliviana y aterrándose por las muertes de las cholitas como si no supieran que 50 o 100 muertos son históricamente una minucia pa las indias que tienen la dignidad de hacer “política” en las calles, a los piedrazos y tiros de dinamita.
–“Tuve diez hijos porque cinco me los van a matar los paracos o las guerrillas o el ejército”, me dijo mi amigo Chucho Yalanda en Ambaló mientras nos sobrevolaba un helicóptero – aporto.
-¿la guerrilla?- se asombra el chico P.
-Asesinos y narcos. Siempre con buenas intenciones. Diciendo que habían firmado la paz mientras se acumulaban las fosas comunes de las comunidades originarias. El fin justifica los medios. Pero resulta que estos burguesitos que se fueron a la montaña para salvar al pueblo despreciaban Pablo Escobar, que venía del pueblo, y por eso era marxista leninista, y fomentaba el deporte, y plantaba árboles, y construía barrios para los sin calle, y financiaba la guerrilla sandinista y el gobierno revolucionario cubano (como el Diego bancó económicamente a Fidel, Chávez y Maduro) y quería pagar la deuda externa. Pero cuando quiso ser diputado el boludo cheto de Galán se sonó los mocos y dijo que él no se juntaba con negros que ante la miseria se había incorporado meritocráticamente (por trabajo y astucia y no por herencia) en lo más alto del empresariado o élite capitalista (con suficientes crímenes en el bolsillo como para mirar al costado). ¿O acaso los banqueros no fomentan la trata de personas y contratan asesinos a sueldos o pagan jueces? Imaginate si esos zurdos chetos colombianos le hubiera dado bola a P.ablito Escobar Entre la merca colombiana y el petróleo de Chávez teníamos una patria grande libre, justa y soberana. Pero se hicieron los moralistas progresistas y al final todes terminaron traficando merca. Como las FARC.
-Igual se violaba nenas vírgenes Pablito
-Si, como el Diego y el presidente del Banco Central, y el dueño de Le Monde Diplomatique. Merca y poder no son buena receta. Pero como dijo Dolina cuando se murió el 10: “Hay algunos que se han quejado que no le gustaba como era Maradona. Entonces dicen: yo me quedo con tal o cual Maradona, tratando de hacer un beneficio de inventario. Eso viene desde antiguo, de la familia de la clase media, que no le gustaba que Maradona se drogara y consideraban que era un pésimo ejemplo y que se yo… Me dijo en mi programa una señora muy bien intencionada: Maradona ganaba tanto dinero pateando una pelota, ¿qué queda entonces para un neurólogo o para Albert Einstein? Yo le dije que en realidad un neurólogo era una cosa, Albert Einstein era otra, Maradona era otra, y que había una cuarta cosa era la distribución de los ingresos en el mundo. Distribución con la que podemos y debemos estar fuertemente en desacuerdo. Pero la pregunta es: ¿Vas a empezar a luchar por la desigualdad a partir de Diego Maradona? ¿No es mejor empezar con los Lemahn Brothers?”.
-Hay que poner las manos en el fuego por los amigos pase lo que pase – refexiona Sushu Da Serra volviendo a citar un Dolina del 94.
-Bueno. Ahora más que en el fuego me parece que quieren poner manos en la herencia del Diego- acota el chico P.
-¡Bueno! ¡Bueno! Como no tenemos herencia a ver si ponemos las manos en el pastón y prendemos el fuego pa los choris- -vuelve a la consciencia o ciencia práctica el Jipi.
-Che… ¿y del análisis de Eddy Feinmann y Johny Viale de cuantas veces dijo imbécil el Tío Alberto, o el nuevo programa de Rial, o de lo picante que está Grabois, o eso del curro de la hidrovía del Paraná, no vamos a hablar no? No te digo Medio Oriente, el acuerdo Irán-China o el conflicto Rusia-Ucrania por el Donbass, pero… ¿la venta de la isla de Skorpios de la familia Onasiss a un magnate ruso no es buen tema? ¿Y la visita de comandante de la IV Flota? ¿O la brassica carinata, esa planta pa hacer agrocombustibles con la que los sojeros van a deforestar lo que queda de bosque nativo?- protesta el chico P mientras agarra la pala.
-Que quilombo se armó en Catamarca-aporta el Kamacho con cuatro adobes en la mano confirmando que la práctica no anula el pensamiento ni la palabra.
Estas charlas o relatos transcurren en el Valle de Polonia, es decir, Ningunaparte. Son ficción. Ciencia Ficción Jipi. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.