El último que apague la luz
383 mensajes de avisos fúnebres se publicaron en La Nación, en homenaje a Carlos Blaquier, dueño de Ledesma. El obituario funciona como guía sobre los lazos que une al poder económico argentino. Y mal que le pese al difunto, confirman lo que venían denunciando “los zurdos”, como él los llamaba.
Por Lea Ross | Ilustración: @fuska.visual
“Es imprescindible aprender a transgredir con astucia”.
-Enrique Symns.
Hubo un momento en que Carlos Pedro Tadeo Blaquier, cuando todavía ocupaba un sillón en Ledesma Sociedad Anónima Agrícola Industrial (SAAI), se molestaba de lo que leía en su computadora y decidió redactar un descargo contra aquellos que lo acusaban de colaboracionista de la Dictudura y de ejercer explotación laboral: “Leyendo lo que dicen en internet, comprendo que la gente de extrema izquierda diga cosas muy malas de mí porque ellos, como personas fracasadas en la vida privada, despotrican contra los que tienen éxito. (…) Nada de lo que dicen estos zurdos me preocupa, pero sí me empezaría a preocupar si algún día dejaran de criticarme”.
Mientras su cuerpo está sirviendo de gourmet para los gusanos, los zurdos fracasados se aglotonan con lo que publican los propios allegados del difunto.
La verdad ante la muerte
Rogelio “Pajarito” García Lupo (1931 – 2016) fue uno de los referentes del llamado Nuevo Periodismo, que se impulsó a partir de la década de los cincuenta en América Latina. Bajo el apoyo de Ernesto “Che” Guevara, participó de la fundación en Cuba de la agencia de noticias Prensa Latina, junto con Rodolfo Walsh, Jorge Masseti y Gabriel García Márquez. Ofreció su ayuda a Eduardo Galeano para la redacción de Las Venas Abiertas de América Latina. Y participó de la creación del periódico de la CGT de los Argentinos, nuevamente con Walsh y con Horacio Verbitsky.
Todos los días, “Pajarito” se dedicaba a leer las ediciones impresas de los principales diarios del país para buscar, lo que él llamaba, las “huellas” que dejaban los poderosos. Una sección predilecta fueron los avisos fúnebres. Según la teoría de García Lupo, la muerte deja caer el rostro del poder. La mortalidad hace que se contemple la fragilidad de la vida, valorizando lo que se tiene a mano y lo que se ha conseguido, ejerciendo el agradecimiento hacia aquel que ya no está y que lo ha acompañado. Aún cuando eso implique exponer subterráneos lazos que se prefieren ocultar.
Con la muerte de Carlos Blaquier, La Luna con Gatillo revisó los avisos fúnebres de las ediciones del 14, 15, 16, 17 y 18 de marzo del diario La Nación. Fueron en total 383 mensajes que distintos familiares, empresarios, aristócratas, juristas, intelectuales y artistas ofrecieron su pésame, funcionando como una guía de la vida del muerto y sus apesadumbrados deudos.
Empezando por el personal del propio matutino fundado por Bartolomé Mitre, que en sus notas de la semana pasada referidas al hecho necrológico, ejerció un plan sistemático de desaparición de información, al ocultar el procesamiento que acarreaba el magnate por su involucramiento en el “Apagón de Ledesma”, durante el Proceso, además de los beneficios que recibió durante la gestión de José Martínez de Hoz.
Tal es así que publicaron su aviso fúnebre Julio César Saguier, director ejecutivo del Grupo La Nación, que además del diario incluye revistas y el canal de televisión, y Norberto Frigerio, director de Relaciones Institucionales del matutino, a quien lo “despide con gratitud al noble mecenas y coleccionista” de arte.
También dio sus condolencias el periodista estrella Carlos Pagni, conductor del programa Odisea Argentina, al que consideró a Blaquier como un “querido amigo”. También lo hicieron sus hermanas: Marisú y Martina Pagni.
Armaditos
El Tomo I de Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad, el voluminoso libro que recopila el involucramiento de empresas en la desaparición de personas durante la última dictadura, resalta lo siguiente: “El caso de Ledesma se caracteriza por el poder económico que la empresa supo consolidar a través de la constante incorporación de tierras a su patrimonio; las diversas leyes azucareras dictadas durante los distintos gobiernos militares que la fueron la beneficiando y el sistemático incumplimiento de las leyes nacionales y provinciales que otorgaban derechos a los trabajadores, lo que determinó, aún durante períodos de crisis económica, un sostenido crecimiento de sus utilidades y ganancias”.
Tal es así que el último José Martínez de Hoz, al igual que su hermana Agustina, familiares directos del siniestro ministro homónimo de economía de Jorge Rafael Videla, despidieron a Carlos Pedro “con imborrables recuerdos”. No solo eso: también le dio el pésame Alejandro Estrada, quien fue secretario de Comercio y Negociaciones Económicas Internacionales, durante el ministerio de Martínez de Hoz. El aviso lo publicó junto a su esposa María Elena Estrada. La hija de ambos es Helena María Estrada, quien en 2018 fue designada directora del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer. Pero sobretodo, fue la esposa de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, uno de los mayores operadores judiciales del macrismo. Actualmente, reside en la ciudad de Montevideo para evitar procesamientos judiciales en su contra.
Otro que no se sabe de su rastro es Nicolás Caputo, cuya empresa Caputo Hermanos está sindicada de financiar grupos de ultraderecha, en el marco del intento de magnicidio contra CFK. Su primo Luis “Toto” fue uno de los ministros de finanzas del macrismo. Ambos tienen otra prima: Marilén, que también publicó su aviso fúnebre, junto a su esposo Santiago Barros Moss, quien integra el directorio del Grupo Ledesma y que, según otro mensaje publicado en La Nación, jugaba al golf con su querido jefe. Por último, Luis Blaquier, sobrino del difunto, se asoció con Sebastián Caputo, primo segundo de “Nicky” y “Toto”, para manejar un fondo de inversión, con base en Dallas, Estados Unidos, para comprar una importante empresa perforadora de pozos petrolíferos.
Marchen
Una publicación fúnebre que generó cierto resquemor fue la del Círculo de Armas. En realidad, los rifles que pueden haber en la sede de Avenida Corrientes al 671 son más condecorativas que otra cosa. Lo que sí, en sus interiores, fue el lugar donde el teniente general Félix Uriburu pergeñó el acompañamiento civil al primer golpe de Estado del país, la de 1930 contra Hipólito Yrigoyen.
Sus socios son secretos. Pero ante el inevitable cese vital del cuerpo de Blaquier, algunos de ellos tuvieron que dar sus condolencias a quien era su socio vitalicio. Tal es el caso de Eugenio Aramburu -hijo del dictador que derrocó a Juan Domingo Perón en 1955 en otro golpe de Estado- y Matías Sánchez Sorondo -descendiente del ministro del interior de la dictadura de Uriburu-. Además de la dictadura de la “Década Infame” de 1930 y de la “Revolución Libertadora” de 1955, también Ledesma tuvo sus nexos con la dictadura de la “Revolución Argentina” de 1966. El régimen, que derrocó al presidente Arturo Illia, había quitado los límites a los grandes productores de azúcar para mitigar los efectos de la crisis de sobreproducción sectorial, tal como lo señala el mencionado libro Responsabilidad empresarial... Uno de los que integró la junta militar, que puso al ex teniente general Juan Carlos de Onganía como presidente de facto de la Nación, fue el brigadier mayor Adolfo Teodoro Álvarez. Según la obra, Álvarez fue contratado por Ledesma para ejercer funciones ejecutivas en la compañía.
El administrador del ingenio en las épocas más oscuras fue Alberto Lemos. Según la declaración de Olga del Valle Márquez de Aredez, Madre de Plaza de Mayo en Jujuy, desde Madrid y frente al juez Baltadar Garzón, ella tuvo una entrevista con Lemos, quien le admitió que la empresa había puesto sus vehículos a disposición de las Fuerzas Armadas “para limpiar el país de indeseables”. Son los mismos móviles que se utilizaron durante el “Apagón” de Ledesma, en julio de 1976. Eso quedó documentado en los libros de la seccional de Gendarmería N° 20 de Orán, donde figura el ingreso de vehículos del Ingenio Ledesma a partir de la fecha del Golpe. La familia Lemos también publicó su aviso fúnebre por Blaquier.
Basado en los archivos de prensa del Ministerio de Defensa, Luis María Blaquier -hermano de Carlos Blaquier- fue el encargado de notificar a la Junta Militar, en 1980, que desde Ledesma proponían un sistema para suprimir todos los aportes legales, sean de los estatuos especiales o de los convenios colectivos, y que solo se brindarían prestaciones médicas asistenciales. Lo hizo en 1980 en la Comisión Asesora Legal de la Junta Militar.
Por otra parte, su hijo y sobrino del difunto, Luis Blaquier, quien por supuesto también publicó su homenaje necrológico, fue subdirector ejecutivo de de los Fondos de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES en el gobierno de Mauricio Macri. Con ese puesto, le aprobó en el mismo día a Clarín y a Arcor una emisión de Obligaciones Negociables, que implicó un endeudamiento mediante fondos públicos. Eso lo llevó a una imputación penal por incompatibilidad de funciones, ya que Luisito tenía un cargo en Arcor y era accionista de Cablevisión, perteneciente al multimedio de la trompeta. Por eso, entre otras cosas, renunció en diciembre de 2016, durando solo un año en el cargo.
Armados hasta los dientes
También aparecen en el Círculo de Armas los banqueros Eduardo Escasany y Guillermo Pando del Banco Galicia, el dirigente del PRO Federico Pinedo y otros tantos de apellidos oligárquicos. Pero quien también figura como socio armero, y que le dio el pésame al cabeza del Ingenio Ledesma, fue Daniel Funes de Rioja, sindicado de operar en la remarcación de precios en los productos alimenticios.
Funes de Rioja lidera la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), cuyo comité ejecutivo y directivo también publicó su aviso fúnebre. En ella se congregan Arcor, Cargill, Coca-Cola, Fargo, Ledesma, Nestlé, Paladini, Pepsico, Quilmes, etc. También es uno de los vicepresidentes del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, liderado por Marcos Pedera, de la Sociedad Rural. Tanto la Rural como esa Comisión también publicaron sus avisos para Blaquier. Y también, lo hizo la Academia Nacional de Ciencias de la Empresa (sic) integrado también por Funes de Rioja, Eurnekián, Roemmers, Pagani, Bagó y Bulgheroni. Finalmente, Funes de Rioja también es presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), del que también dio su pésame.
A pesar de todos estos cargos que tiene Funes de Rioja (COPAL, Consejo de Comercio y Producción, UIA, Academia Nacional de Ciencias de la Empresa, etc.), resulta que él no es empresario. Es abogado. Y del rubro laborista. Eso explica por el hecho en que la casta empresarial tiene el afán de que el país logre concretar una reforma laboral para extraer derechos laborales a sus trabajadores. Nada mejor que un catador carroñero para que los represente.
Tanto el Grupo Arcor, como su CEO Luis Pagani, expresaron “con profundo pesar” el fallecimiento del zar del azúcar. De hecho, Arcor es dueño del ingenio tucumano La Providencia, que le suministra los insumos necesarios para sus productos golosos. Los empresarios socios de la AEA (Asociación Empresaria Argentina) también dieron su pésame, del cual seguro que fue propuesto por Paolo Rocca y Luis Pagani. Rocca, junto con otros directivos del Grupo Techint, también dieron sus condolencias.
También “participa con profundo pesar de su fallecimiento” el Grupo Insud, presidido por Hugo Sigman, encargado de la producción local de vacunas contra el Covid-19. Dueño de laboratorios que se concentran a la vera de la Ruta Panamericana, en la localidad de Garín, tiene su participación importante en la Cámara Argentina de Biotecnología, donde se mezclan firmas agropecuarias y alimenticias, como Arcor, AGD y Porta Hnos., Ledesma y Vicentín.
Hablando del medicina, Juan Carlos y Miriam Bagó, de los laboratorios homónimos, también publicaron su aviso y consideraron a Blaquier como “un grande”. Distintos integrantes de la familia Roemmers no se quedan atrás. El Grupo Roemmers y el Grupo Bagó concentran, junto con el Insud de Sigman, el monopolio de la producción local de productos farmacológicos del país. Desde el extranjero, también está Bayer, cuyos directivos de la sede local también publicaron su aviso fúnebre.
Ingenios no tan ingeniosos
Sin que se enterara que vendrían los últimos días del “Tordo” Ledesma, el periodista de negocios Facundo Sonatti publicó en su cuenta de Twitter un ranking de los empresarios que lideran el negocio azucarero en nuestro país. Se trata de una generación de 1.000 millones de dólares anuales, pero cuya productivdad está concentrada solo en 22 ingenios. El “top ten” es dueña de 15 de esos establecimientos, que encima concentra más del 90% de la zafra. Arcor-Pagani aparece en el puesto 8, por encima de otra familia cordobesa como son los Minetti, con su ingenio de Bella Vista. La otra que tenían, La Fronterita, fue remata a Coca-Cola. Los Minetti también tienen una causa judicial por crímenes de lesa humanidad, debido a que en ese mismo ingenio se realizaron tormentos contra trabajadores azucareros.
En el puesto 7 aparece la familia Budeguer, dueños de Leales y La Esperanza. Su holding también publicó su aviso fúnebre que “despide con respeto y gran admiración a Carlos Pedro Blaquier”.
El ingenio La Corona también dio su pésame a Blaquier, que es administrado por Martín Arano, cuyo padre Roberto Luis Arano maneja también el ingenio Santa Rosa, y por ende figurando en el puesto 5. Su gerente, Jorge Larry, está imputado por la Fiscalía N.º 2 de Tucumán, por verter al cauce del río Gastona residuos peligrosos. Desde el año pasado, tiene pedido de elevación a juicio.
Pero quienes figuran en el primer puesto, superando de manera inédita a Ledesma, son Jorge Rocchia Ferro y Catalina Lonac, dueños de los ingenios La Florida, Cruz Alta y Aguilares, y también publicaron su mensaje en nombre de su holding, que “lamenta profundamente la partida de un muy querido y admirado” supuesto competidor.
Iluminados por el apagón
Y la lista sigue: Cristiano Rattazzi, ex presidente de FIAT Argentina; la familia Bulgheroni, dueña de Pan American Energy, petrolera del cual recibe el suministro de etanol que le ofrece el ingenio Ledesma, a través de Bioledesma SA, firma que existe desde el año 2010; el magnate Adrián Werthein y su esposa Adriana Ricagno, al que definieron a Blaquier como un “realizador de causas nobles para nuestra Argentina”; Federico Braun, de supermercados La Anónima; Jorge Pablo Brito, del Banco Macro; Bárbara Bengolea, nieta de Amalia Fortabat; y Mariano Grondona, promiscuo asesor de letra de dictadores.
Por último, podemos mencionar los avisos que publicaron Germán Neuss, empresario investigado por defraudación al Estado durante el menemismo; Manuel Sacerdote, presidente de lo que era el Boston Bank, cuya entrada fue escrachada en más de una ocasión por los ahorristas durante el Corralito; Domingo Cavallo, autor de la Convertibilidad y de susodicha incautación de ahorros; Carlos Melconian, una versión más canchera de “Cavallo” y que tiene preparado un plan económico, a gusto de Funes de Rioja, para el próximo presidente de la Nación; y Horacio Rodríguez Larreta, precandidato a presidente, dispuesto a leer susodicho trabajo.
El último que apague la luz.