La gran grieta Jipi
La construcción de un frente popular jipi de masas conlleva una complejidad que solo un digno peronista es capaz de sortear. Entre las profundas grietas del soberbio intelectualismo progresista y clasemediero un paladin de la justicia hace su intento.
“¡Oh tú incrédulo! Si te animas a ver algo grandioso, baja la cabeza. He ahí la hormiga”
Walt Whitman
“Desde muchos años atrás yo había sabido que era necesario meter en la misma bolsa a los católicos, los freudianos, los marxistas y a los patriotas. Quiero decir: a cualquiera que tuviese fe, no importa en qué cosa; a cualquiera que opine, sepa o actúe repitiendo pensamientos aprendidos o heredados. Un hombre con fe es más peligroso que una bestia con hambre. La fe los obliga a la acción, a la injusticia, al mal; es bueno escucharlos asintiendo, medir en silencio cauteloso y cortés la intensidad de sus lepras y darles siempre la razón”.
J.C. Onetti, “Dejemos hablar al viento”
“Incrédulo. Que no cree en nada. Que cree que todo tiene una explicación científica. Vamos a llegar a saber hasta en que momento puede haber estallado el bing bang. No quién o qué lo provocó”
Facundo Cabral
Por Tomás Astelarra Ilustración: @nico_mezca
El chico P es un rara avis en el valle. La grieta entre peronchos y gorilas mucho no existe. No hay clase obrera ni terratenientes bananeros. La grieta entre kas y macristas también es medio irrelevante. Ninguno tiene demasiado poder, ya que toda la región vive bajo el puño feudal del doctorcito diputado que es peroncho cordobesista, algo parecido al ferné con coca o el cuarteto: una brillante síntesis mediterránea entre el Cordobazo y el Mingo Cavallo, el movimiento Evita y el gringo Choretti. Acá en el valle la verdadera grieta jipi está en los movimientos sociales autónomos. Entre troskozapatistas (a quienes les une el espanto del Estado, ya sea por convicción o inoperancia) y peronchos planeros amigues del barba Pérsico o Juancito Grabois (que de paso cañazo también tienen sus internas).
Como el chipo P es un ser de enorme corazón y confianza en la política del afecto, en la construcción social amplia, diversa y solidaria (bajo el lema unides y organizades), él se lleva bien con todo el mundo. Incluso entre otras grietas sociales más amplias como ese tridente valluno entre paisas, jipischetos y malucos cachivaches (rondando la indigencia, o más bien indigentes, estadísticamente hablando). A todes les reparte flores, abrazos, los recibe con un mate en la casa y es incapaz de cobrarles un favor o una verdurita de la huerta.
Desde su llegada al valle, hace muchos años, no solo cría tres hijas en conjunto con tres mujeres diferentes, sino que además participó de diversas movidas agrícolas, ambientales, de comunicación y economía popular. Conoce a dios y maríasantísima (también a ateos con tarjeta de crédito, feministas anarquistas y pachamamescos de mucho palo santo y poca santa pala). Tan al pedo taba la gente durante la pandemia que, después de solucionado el miedo y la provisión básica de alimento y medicina, le empezaron a caer todes a la casa. Desde eximios dirigentes campesinos a pibites inquietes por tumbar al intendente fachofeudalperonista (testaferro del diputado) de una buena vez.
Como cada vez se sumaba más gente, llamó un amigo jipi peronista (líder del Partido Jipi Coordobé) para preguntarle que carajo hacer. Su amigo le mando una edición pirata del manual de conducción política del Pocho Perón, un par de choriplanes del barba Pérsico, dos gorritas, una remera y una bandera que estuvo con Zaffaroni. Además le dio consejo: “que vas a hacer amigo, te llegó tu momento histórico. Te va a tocar conducir las masas y tomar el poder. Desbordar lo político desde abajo”.
Así que ahí anda el pobre chico P, cual alquimista hermenéutico, viendo como se mezcla una zapatista antiestado con un zapatero peronista en estado de ebriedad, o un paisano huertero en cuatro patas (y duro como una piedra) con una ecologista tirapiedras en cuatro por cuatro. Y hasta algún intendente cansado de obedecer al doctorcito diputado (dizque señor feudal) con una militante nacional y popular con ínfulas de señora feudal (cansada de pelear con el cero coma cero cero cero cero uno porciento de probabilidades de llegar a diputada). “Decí que después de haber criado tres pibas, haber sobrevivido a cinco mil quinientas cuarenta y siete asambleas, nueve organizaciones comunitarias, veintitrés incendios y diecinueve inviernos, y sobre todo, estando en la tierra que inventó el cordobesismo, la pisaepoio, el priteado y a la Fabiana Bringas, alguna esperanza debe haber de solucionar este oximorón del peronismo jipi”, se esperanza.
Aclaración o Advertencia: Por si no se dieron cuenta pero estas charlas, relatos, columnas, son ficción. Ciencia Ficción Jipi. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.L