La trampa de la igualdad
Pasada la continuidad o fila de eclipses, se juntan los planetas en el centro Amar o Amen (ex Tatusera). Como siempre, los astros divagan, igual que los astrólogos, que le siguen la danza.
Por Tomás Astelarra | Ilustración: Jorgito Cuello
-Porque al final de cuentas esto de la igualdad es medio un chamuyo pa fomentar la desigualdad. No hay que olvidar que la revolución francesa, como toda revolución contemporánea, es más bien burguesa. Ya que ningún santo teórico llama revolución a la liberación de la Madre Tierra en el Cauca. De hecho, aquella bendita masacre que inauguró el falso marketing con las palabras libertad, igualdad, fraternidad… marca para los historiadores positivistas el nacimiento de la modernidad, al igual que la revolución industrial, que está justificada teóricamente por el iluminismo científico que redondeó el trabajo de la quema de brujas y el liberaindividualismo protofinanciero calvoluterano, que a través de la física newtoniana (que además de la exactitud creó el banco central y el patrón oro) consolidó la maléfica mano invisible del mercado que, a esta altura, muchas veces, debo reconocer, me hace acordar a las manos mágicas de Jorgito Guinzburg y el negro Fontova – reniega el Dr. Nadaísta Vicente y agrega (así como chicotazo de culito de vino a la pacha): El signo igual, como base de la mátemática y la ciencia exacta positivista, es el principal símbolo de la dominación tecnocapitalista que, a través de sacarse de encima a la mujer, permitió esta sanguinaria maquinaria empresarial que no respeta a les niñes ni la putísima madre tierra para parir este sangrante presente globalizado o bendito descalabro mundial.
-Por suerte las paralelas se juntan en el infinito y pronto el signo igual se transformará en la cabeza o cola (da lo mismo porque una morderá a la otra) de esa amaruserpiente que orubóricamente representa este pachakuti o crisis civilizatoria, o hidra capitalista, o bendito descalabro semilla mundial-le aclara el Chicho Serna.
-A mí lo que me preocupa-advierte la Bruja Suarez- es que en medio de tanto virus posmoderno se repite en mí la fatiga de lo comunitario. Sobre todo el tema este de las asambleas que se consideran espacios de horizontalidad o igualdad y al final, sobre todo en este Valle, son porteñas rondas de terapia colectiva sin terapeuta responsable donde siempre alguna argucia argumentativa o previo chisme de chicherías tuerce el destino mientras un importante número de cansades seres finge demencia o busca la forma de lamer carroñeramente las migajas del poder forjado cual anillo que además de adorno es trampa. Si alguna vez puedo decidir, pediría certificado de constelación familiar antes de cualquier ingreso a una organización comunitaria. Sino, queriendo ser líder terminas siendo padre, o mucho peor, hijo. Y lo digo en masculino porque es increíble lo relacionada que está la forma patriarcal a la construcción de estructuras contemporáneas de poder, que siempre son verticales, lo asumamos o no.
-Berrinches de vieja anarca dejando de fumar-se ríe el Chicho que parece que hoy está más refutador de leyendas que nunca.
Cada vez que se juntan los planetas en el Anfiteatro Místicoespiritual Antipoético Revolucionario (AMAR, o Efímero Nadaista, AMEN, ex Tatusera) pienso que: o bien algo muy mal, o mal algo muy bien, estoy haciendo. “A lo peor es un éxito”, decía Dick el Demasiado. Después de un par de días de tormenta que permitieron un descenso de la temperatura en el incipiente verano, tras sahumar los ranchos, colgar las ropas, purgar las mangueras y secar la leña, improviso un fueguito en el espacio de piedras y postes de algarrobos quemados y muertos que visitan las mentas y la salvaje zarzamora. Son esos días en que apago el celu y puedo sentir a les brujes mandándome mensajes telepáticos. Y lo más lindo, en este ejercicio de resucitar la desgastada intuición como salvia que se libera de la maleza o ruido moderno, es cuando escucho la citronave anticipando el ruido de puertas, bolsas, murmullos y botellas montándose sobre un largo y sostenido silbido que anuncia la efectiva llegada de les brujes.
-Es que el problema de la igualdad es la falta de equilibrio. ¿O vos alguna vez te creíste que eso de los pies paralelos que dice la profe de Yoga es matemáticamente practicable?-continúa Vicente, a quien los acertijos le resultan la mayor aproximación a la certeza.
-Ya lo dice Vanda Shiva en su econfeminismo: en busca de la igualdad algunas feministas se hicieron capitalistas que lavan las culpas religiosamente en asambleas ambientales y organismos multilaterales bancadas por George Soros (que es testaferro de la banca Roschild)-manda la Señorita Mayonesa, invocando el espíritu del Jipi M, anque buscando alcanzar los niveles de ironía propios de un eclipse escorpiano y brujeril de fines de noviembre (apocalíptico mundial de la explotación capitalista).
No termina de lanzar la frase y ya está buscando omplicidad en el nadaísta Vicente (que alagado por el uso de tan rastrero lenguaje levanta la copa y guiña el ojo en un movimiento que lo desequilibra y de pedo no termina esparcido sobre las brazas y chorizos).
-O algunos anarquistas se vuelven dictadores en espacios sociocomunitarios tan reducidos, fluctuantes e inútiles, que al final están más cerca de la patafísica que del apoyo mutuo-insiste la Bruja Suarez (que con mucho mejor equilibrio también levanta la copa y guiña el ojo a la señorita Mayonesa aprobando su intento de comedia y, hasta, también, quizás, incentivándola a seguir con ella)
Sin dejar de acomodar chorizos sudantes en silencio mientras de reojo certifico que no se halla vaciado la jarra o pingüino de vino, se me viene al recuerdo alguna ranchada en Constitución, Congreso o Costanera Sur, con algunos crotos calentando sobras en ex-latas de durazno con un par de cartoncitos de vino y el mismo espíritu juglar que en el fuego sagrado mantiene la tradición que va de las amazonas comunitarias quilomberas a la estoica banda de Diógenes (a quién correctamente Tabaré y, otra vez, Jorguito Guinzburg, relacionaron con Linyera).
-Es como dijo la otra vez la nieta de la Amta – se pone místico el Taita Gabi, que como buen indio apareció de pronto sentadito al borde de la pirca que tapan las jarillas ia con su vasito de vino en la mano.
-¿Que es lo que dijo la vieja chinchuda esa?-pregunta la Bruja Suarez
-Fue la nieta-aclara el Taita.
– Que va camino a chinchuda – certifica e insiste la Bruja
-Fue la nieta, digo – insiste el Taita – la que dijo que los gringos confundimos la ronda con la perfección, que dizque es sinónimo de igualdad, como bien certifica acá el Dr Vicente. Cuando en realidad el chiste es la circularidad. No todes tienen el mismo lugar en la ronda. Sino que cada uno tiene su propio lugar en la ronda. Lo cual no quiere decir que todos tengan el mismo lugar en la ronda. Porque si todos tuvieran el mismo lugar en la ronda, además de no entrar, serían iguales. Que al final de cuenta lo somos. Pero que aburrido si esa unidad no es parte de la diversidad, la sumatoria de las partes, que es la que explica que el infinito quepa en un alfiler, tal cual insistía el ciego Borges.
-Los soñadores se trenzan con los pragmáticos, los místicos con los políticos, los planificadores con los celebradores, los de arriba con los de abajo, los de izquierda con los de derecha, los de antes con los de después, y en río revuelto, fomentando la oposición en vez de la complementariedad, alguna turra se aprovecha de la borra de un cafecito para erigirse en princesa de disney en honor de una vieja revolución fracasada por la que su padre le negó el tan necesario afecto-rememora o vaticina la Bruja Suarez.
-Es como en Bolivia- recuerda Mayonesa- donde io aprendí que en realidad no es que no halla jefes, sino que los jefes van rotando, porque en la diversidad está el buen gusto, y si uno es jefe con el corazón, el servicio, difícil dure más de un añito o dos en la tarea. Sobre todo porque contrariando ciertas miradas sobre el devenir del patriarcado en los pueblos originarios, el jefe no es el jefe, sino que son las jefas. Porque la doñas mucho no habla en en la asamblea. Pero cuando abren la boca: palabra santa. Se para el tiempo. Se escupe la coca. Se detiene el poporo o telar. Se tensa el hilo de las palabras para afirmar el tejido y lanzar el sueño al aire, que es territorio de la magia, el águila, y por ende el misterio al que la humanidad no puede acceder sino en sueños lanzados con el firme telar que abrió la boca de la Madre Tierra.
Es esta vez el Taita Gabi (más proclibe a la magia poética que el lenguaje irónico y soez) el que guiña un ojo e imperceptiblemente brinda por la palabra de la Señorita Mayonesa.
-Si estos jipispequebu entendieran que no hablar es la forma más sublime de autoridad y poder, las cosas serían mucho mas sencillas. En vez de eso estamos en una competencia de niñeces faltas de atención buscando sobresalir por encima del espíritu colectivo en una danza de ciegos guiando a los ciegos que de tan espasmódica no la arregla ni un pinakari tamaño gong tibetano-vuelve a arremeter la Bruja
-Eso mismo, o algo parecido dijo la amta el otro día-la chicanea el Gabi.
No estamos sentadas en ronda. Todo lo contrario. Nos desperdigamos por las piedras amontonadas que dejo la quema de la Tatusera con dos centros equdistantes: el fuego (los chorizos) y la damajuana (que se esparce en frascos de vidrio, vasos de lata, tasas de cerámica, una jarra y un pingüino). Sin embargo la palabra fluye espiranzalmente como humito que se abraza con las recientes flores de jarilla donde a veces se apoya una abeja sedienta. En los algarrobos ya se asoman las sombras o espíritus premonitorios de las chicharras y la luna menguante recuerda las semillas de zanahorias. Io me voy en pensamiento agradeciendo que ciertos planetas o brujes se dignen llegar al rancho a enseñarle a uno a reconocer que el aprendizaje es un hermoso e infinito camino al mismísimo carajo del entendimiento donde solo se ve el mar infinito. Y cuando resulta que descubriste América, ni se llamaba América ni fue descubierta. Y si acaso de ser descubierta se tratase (entendiendo que el descubrimiento fuese una relación de poder y no un encuentro), ya seguro la descubrió otre. Que antes de Colón vinieron vascos, templarios, nipones y vinkingos. Que no se preguntaron quien carajo vendría antes, durante o después. Ya que al fin y al cabo, como siempre, también iban a perecer o parecer. Porque como dijo el propio Vicente: “No existe occidente sin edad media, por tanto nosotros no somos occidente. Ni siquiera nombre tenemos. ya que nuestra madre es esta tierra que ustedes bautizaron con el nombre femenino de un mercader que le robó la gloria a un mercader anterior”.
-Somos por lo tanto hijos bastardos de Occidente. Nietos desconocidos de Oriente. Bisnietos de nadie. Nadie es Perfecto. Nadie es uno. Nosotros somos más de un millón-remata Vicente ya jarra y pingüino en alto, de espaldas al fuego, chorreando con una meada las melisas, camisa afuera, pies descalzos, adivinando mis pensamientos mientras observo el cuchillo clavado en la tierra y la remera vieja que funciona de repasador con la intención de fundirlos en matrimonio para hacer mariposas los chorizos.
Estas charlas o relatos transcurren en el Valle de Polonia, es decir, Ningunaparte. Son ficción. Ciencia Ficción Jipi. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia. Como diría Marx (Groucho): estos son nuestros principios. Si no le gustan tenemos otros. Dedicado a todes les héroes anonimes que día a dia, en todo tiempo y espacio, intentan día a día vencer los dragones, monstrues y colonizaciones físicas, psíquicas y espirituales de esta hidra capitalista patriarcal para enroscar la serpiente amaru pachakutiesca en comunidades circulares de apoyo mutuo.