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Las dos caras del círculo

Los incendios recientes trasladan la lupa hacia la casta inmobiliaria, entre un lavador financiero y aprovechadores de pinos. Mientras las sierras se quemaban, la ciudad de Córdoba discutió sobre economía circular. En lugar de agroecología, se propuso crías larvas de moscas. El verdadero negocio de lavar imagen a los sponsors. Hablar de economía en tiempos de cenizas.

Por Lea Ross | Ilustración: @nico_mezca

El empresario que pretende lotear la región serrana de Candonga, lugar donde aparecieron los incendios como previa de la semana presente, está sindicado como partícipe del amplio negocio del lavado de activos y la fuga de capitales. Ticupil SA, cuyo nombre fue variando, es presidida por el economista Alberto Eduardo Spagnolo, último presidente del Banco Nación durante las presidencias de Carlos Menem y de Eduardo Duhalde. “En su momento compré 8 participaciones acá. Este era un lugar que me encantaba, venía mucho de chico, y la familia materna era titular de una estancia muy grande en el departamento Colón, que luego se fue fragmentando por cuestiones familiares. Me daba vueltas la idea de hacer algo por este lugar y pudimos conectar y comprar 150 hectáreas, donde el epicentro era la capilla de Candonga”, declaró cuatro meses atrás el propio Spagnolo al portal InfoNegocios.

Alberto Spagnolo, un sacachispas en los negocios.

Se supone que las oficinas centrales de Ticupil se encuentran en un piso de un departamento de la Av. 25 de mayo al 650, en Capital Federal. Pero entre los distintos pisos, figuran distintas compañías, donde también Spagnolo ocupa sus respectivos directorios. Uno de ellos es Cohen SA, impulsado por el financiero Jorge Cohen. Según el periodista Horacio Verbitsky, en una publicación de mayo del año pasado para su portal El Cohete a la Luna, Cohen SA fue una de las diez principales entidades que fugó capitales durante el gobierno de Mauricio Macri, junto con otras grandes firmas con más renombre como Techint, Clarín, Arcor, Aceitera General Deheza, entre otros. En su caso, Cohen SA se llevó puesto unos 600 millones de dólares. Jorge Cohen era el representante del Merrill Lynch en Buenos Aires, y lo consideran como el dueño de la mayor banca privada del país y quien abrió la mayoría de las cuentas barany, palabra en árabe que significa sucio o negro.

Luego del incendio del viernes, “el fuego se reanimó en la tarde del sábado y continuó devastando el monte con certero rumbo hacia La Estancita, como siguiendo la traza de la ruta que, desde 2013, la empresa pretende abrir para comunicar el country con el camino de El Cuadrado (la Dirección Provincial de Vialidad ya rechazó ese proyecto)”, señalaron mediante un comunicado distintas asambleas de Sierras Chicas. En estos momentos, se espera que la justicia provincial avance en una causa contra el ex secretario de ambiente Raúl Costa, por habilitar ese loteo sobre zona roja de bosque nativo. Mientras tanto, cuatro meses atrás, Spagnolo declaró que había iniciado la venta de lotes en un área promedio de 2.500m2 a valor promedio de U$S 11,5/m 2. Siguiendo con InfoNegocios, que dicho sea de paso no le recordó al lector de la causa penal contra Costa, en su primera etapa le quedaron 30 lotes y la segunda abarca 80 hectáreas. Quiere decir que a partir del 2021 facturaría más de ¡10 millones de dólares! Unos mil millones de pesos. Del Cuadrado al Redondo.

Gráfico de un informe del Banco Central, donde expone la compra de sus títulos de deuda en pesos, con tasas de interés a corto plazo, para luego ser canjeados por la compra de dólares y llevarlos a vaya saber dónde. De esos montos, 600 millones eran de Cohen SA, los mismos que se beneficiaron con los incendios en Candonga.

Vencedores vencidos

Luego del incendio en Candonga, la temperatura ambiental superó los 30 grados Celsius. Y con ello, se desató un record por la mayor cantidad de viviendas quemadas en tan poco tiempo. Ocurrió en los límites de Paravachasca y Calamuchita, donde en tan solo un día se carbonizaron 80 establecimientos habitacionales, gran parte de emprendimientos turísticos (en todo el 2020, que fue el año con mayores hectáreas incendiadas en el siglo, se perdieron 30 casas). La mitad de las cabañas quemadas eran del complejo Potrerillo Aldea de Montaña, donde solo quedaron tres viviendas en pie. Su “creador”, Efraín Agustinoy, culpó a la empresa eléctrica EPEC, por la falta de mantenimiento del tendido eléctrico.

Sin embargo, en los hechos funcionaba como un barrio privado. De hecho, Agustinoy fue quien diseñó los primeros barrios privados de la ciudad de Córdoba, como Las Delicias y Lomas Carolina, de la desarrollista Ecipsa-Edisur, cuyas oficinas casualmente pasaron los padres de otros directores de Ticupil, como Darío Beccacece y Valentín Jáuregui. Además, su propia página web señala que el complejo está “enclavado en la zona de amortiguación de la Reserva Quebrada del Condorito” y, en particular, “en el corazón de la reserva recreativa natural del valle del Cóndor”. Por décadas, esa zona fue plantada con especies no autóctonas como el pino, tal como lo muestra éste video institucional.

Circuitos científicos advierten que la proliferación de pinos elevan la vulnerabilidad del territorio frente al riesgo de incendio, debido a que el forraje habilita una mayor propagación del fuego.

Si las autoridades aplicaran las leyes ambientales correctamente, habrían revisado ese “pueblo de montaña” antes que aparecieran las primeras chispas.

No tan circular

Y mientras las sierras se chamuscaban, el principal centro urbano de la provincia fue sede de la Primera Cumbre Mundial de Economía Circular, organizada por el municipio capitalino, a cargo de Martín Llaryora. Durante dos días, se realizaron una serie de charlas vía virtual con distintos referentes que apuntaron a modelos de negocios para que los residuos se destinen como materia prima para distintas etapas de las cadenas de producción. Plagado de funcionarios autocomplacientes, presentados por periodistas locales y porteños -casi todxs del Grupo Clarín-, se apuntó a la grave situación que se vive en materia de calentamiento global, con el dato brindado que, en la actualidad, solo el 9% de la economía mundial es circular.

Resulta irónico que tanto hablar de circularidad no se haya habilitado el feedback para los usuarios que seguían de cerca el evento para hacer preguntas u opinar en el chat del YouTube.

No parece causal que apareció como expositor el jefe de gobierno porteño Horacio Rodriguez Larreta, que ni siquiera figuraba en la agenda. El sindicado como posible candidato presidencial para 2023, consideró positivo que haya una alta densidad poblacional en las ciudades, porque eso ahorraría el consumo de combustible por parte de quienes viajan desde los “pueblos dormitorio” hasta sus lugares de trabajo, siempre y cuando se considere la valorización de los microcentros, la garantía de un traslado de quince minutos entre casa y trabajo o espacios de entretenimiento; y la apropiación de espacios públicos: “Es notable la cantidad de gente que hace gimnasia en las plazas”, resaltó.

En el medio, se contemplaron cortos audiovisuales de testimonios sobre distintas experiencias de emprendimientos circulares en la capital cordobesa. Entre ellas, la marca “Bolsa”, con su armado de billeteras de papel craft, cuyo material se obtiene por las bolsas que aporta la cementera Holcim, y “Therapy”, un negocio donde recuperan telas de todo tipo para el diseño de vestimentas poco convencionales y por fuera de los parámetros heteronormativos.

Conceptos banales

Un interesante debate, quizás el único, surgió en el encuentro entre Sergio Federovisky, viceministro nacional de Ambiente, Mike Oliveira, de la Fundación Ellen MacArthur, y Slendy Diaz, del Instituto de Economía Circular, ambas con sedes en el Reino Unido.

Mike sostuvo que “hay un tipo de consumo que debe ser explorado, que es el consumo local. Hay que ver cómo traer lo que se produce en un barrio o una villa, sacando lo mejor de lo local y ayudarlo a desarrollar competencia y puestos laborales. No es realidad todavía que se ofrezcan modelos de productos circulares”. Allí señaló que “hay una responsabilidad muy grande de las compañías y las grandes empresas”.

Pero Slendy lo corrió por el lado del Estado: “Si no hay política pública, es muy difícil dinamizarlo. La política pública dinamiza también la financiación. Y la economía circular necesita eso. Se necesita investigar, renovar y reconvertir. Y eso requiere dinero”. Por ende, resaltó que no se puede aceptar que el Estado quede “aislado, desde su oficina”.

Federovisky, en el Medio de ese Ambiente.

Federovisky, recordado por ser el conductor televisivo del programa Ambiente y medio, acordó que lo que se denomina economía circular es solo aquello que engloba casos aislados y testimoniales: “No mueven el amperímetro. Hay que impulsar iniciativas desde los estados con determinadas metas y compromisos. Porque sino, habrá iniciativas solo con ordenanzas o aportes económicos, pero eso no va más. Necesitamos dispositivos del Estado, políticas activas y sistemáticas”.

“Lamentablemente, y lo tengo que decir desde el lugar donde estoy, en los últimos diez y quince años, el Estado argentino no ha sido proclive a desplegar esas políticas activas”, se sinceró el funcionario nacional, englobando a los gobiernos del macrismo y el kirchnerismo.

Finalmente, haciendo valer su oficio como periodista, Federovsky advirtió que “con la economía circular, y lo digo respetuosamente, nos esta pasando lo mismo que con el desarrollo sustentable”. Allí recordó que ese término de los años noventa, explayado en el Informe Brundtland de la ONU, fue un fracaso porque su concepto se “banalizó” y solo quedó el nombre. “Que no nos pase lo mismo con la economía circular”, finalizó.

Economía desteñida

Quizás la exposición más esperada fue la del economista Gunter Pauli, creador del término “economía azul”, como un modo contestatario a la economía verde, al aseverar que el planeta Tierra es azulado. Pero también, el modelo “verde”, que apunta a la retracción de emanaciones de gases de efecto invernadero, fue señalado por parte del circuito empresarial por pretender que el pasivo ambiental sea a costa de la maximización de las ganancias.

Durante su exposición, el invitado resaltó sobre los desechos que se generan en los mataderos en un país como el nuestro, reconocida a nivel mundial por su carne vacuna. Para solucionarlo, recomendó recurrir a la cría de cultivo de larvas de mosca, porque “es el mejor higienizador que existe”. Asegura que con 2.000 dólares la tonelada de larva, con notable composición proteínica, se puede utilizar como forraje o para cicatrizar heridas.

A pesar que no lo haya dicho, Gunter ya lo había propuesto en nuestro país en el año 2018, mediante un informe titulado Plan A para la Argentina, por encargo del ministro de Ambiente de ese entonces, Sergio Bergman. En ese material, se sostiene que las mismas pueden reemplazar del 25 al 100 por ciento la harina de soja.

Gráfica extraída del informe Plan A, sobre en qué consiste el cultivo de larva de moscas. Nada. Eso.

Pero la propuesta general del Plan A apunta a dividir a la Argentina en 18 ecorregiones, donde las larvas se concentrarían en la Pampa Húmeda. En ese entonces, el presidente de la Asociación Argentina de Economía Agraria, Carlos León, declaró a la agencia de noticias TSS que el problema pasa con que se mira a la Argentina como un territorio desertificado de oportunidades, “lo que es un error desde el punto de vista del desarrollo económico, ya que lo que limita el desarrollo es la desigualdad de la distribución en los ingresos y la concentración de los recursos en pocas manos”.

Quienes presenciaron la visita de Gunter en 2018 les resultó muy incómodo cuando el supuesto especialista, a la hora de criticar algunos modos de producción minera, comparó a los trabajadores mineros con los burros: “Si uno quiere enseñarle a tocar el piano es difícil y, si algún día lo tocara, pues no será muy lindo. Es decir, no vamos a cambiarlo pero sí a motivarlo a ver otras oportunidades”. Los presentes en ese entonces, se quedaron mudos ante tamaña declaración no del todo ecologista.

Finalmente, el gobierno de Macri le había pagado un total de un millón de dólares a Gunter por redactar el susodicho trabajo azulado.

Lavar manchas

No sorprende que las empresas que sponsorearon la Cumbre tengan también sus manchones dispuestas a lavar. Algunas de esas compañías fueron:

  • Aguas Cordobesas, del Grupo Roggio, responsable del desastre de Taym, cuya causa quedó prescripta, porque el juez de control aceptó los argumentos del abogado defensor, Matías Pueyrredón, quien fue penúltimo secretario de seguridad de José Manuel de la Sota. Ahora fue apelada por el fiscal Alejandro Peral Otonello;
  • Coca-Cola Andina, empresa embotelladora de la famosa gaseosa y referente de la fabricación de productos altamente procesados e insalubres;
  • Porta Hnos., denunciada por las emanaciones de gases en los barrios del sur de la ciudad;
  • Geocycle, del Grupo LafargeHolcim, denunciada por generar altos niveles de dioxinas en su fábrica cementera en Malagüeño;
  • Grido, denunciada por evasión fiscal mediante el dibujo de sus franquicias;
  • Finalmente, las tres empresas recolectoras de residuos de la ciudad capital, entre ellas, Logística Ambiental Mediterránea SA, que es una unión entre la constructora inmobiliaria porteña TGLT SA y Vega Ambiental, del grupo brasilero Solví, sindicada de haber pagado coimas a dirigentes políticos, según los archivos del Lava Jato. Tanto TGLT como Rodríguez Larreta, invitado en la Cumbre, tuvieron un frustrado intento en la justicia porteña por levantar la cautelar que presentaron vecinxs contra el proyecto Astor San Telmo, por violar el Código de Edificación de la ciudad de Buenos Aires. Se sospecha que detrás de ese negocio está el esfumado Nicolás Caputo, el mejor amigo del ex-presidente Macri;
  • Y las otras dos empresas de limpieza son LUSA, del Grupo ERSA, los mismos de las líneas de colectivos de nombre homónimo, pertenecientes a los empresarios correntinos Romero; y Urbacor, del grupo Cotreco, de Horacio Busso, el primo hermano del actual ministro de agricultura Sergio Busso.

Justo el presente cronista recibió el último informe del Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES), donde incluye el siguiente gráfico, sobre los costos que significaron, durante la última década, la privatización de la higiene urbana a manos de éstas empresas, donde ha superado siempre al del crecimiento general. Si éste fue de un 72%, la de higiene fue de 124%, más del doble.

Pero también, como expositor de la cumbre, estuvo un gerente de Mekorto, la empresa de potabilización de agua en Israel, que acumula años de denuncias por organismos internacionales por cercenar el suministro del recuerdo hídrico a los habitantes de Cisjordania, donde habita parte del pueblo palestino. De hecho, el Tribunal Permanente de los Pueblos comparó estos hechos con los peores crímenes ambientales del planeta, como los desastres petrolíferos de Texaco-Chevron en la selva ecuatoriana o la Shell en Nigeria.

Por último, se conocieron también otros emprendimientos más locales, como las de 3 Construcciones, conocida por su fabricación de casas sustentables, permitiendo dar trabajo a jóvenes de barrios con bajos recursos. Esto le permitió realizar convenios con otras empresas, denunciadas por distintas organizaciones sociales por dañar el ambiente, como son Edisur, Porta Hnos., el proyecto Docta de PROACO, donde estaría metido las inversiones inmobiliarias de Porta, y Ticupil, sindicada de ser beneficiada por uno de los últimos incendios en Candonga.

Es decir, el verdadero negocio de 3C no es el rubro inmobiliario, sino el servicio de publicidad para estas empresas.

Las dos caras

El mismo día que arrancaba la Cumbre, también se realizó una exposición sobre Diagnóstico Ambiental de la provincia de Córdoba, organizada por la asamblea Sierras Chicas Sin Canteras y el Foro Ambiental Traslasierra, que fue difundida por La Luna con Gatillo y que la pueden ver haciendo click aquí.

Ambas charlas permiten contemplar las contracaras de un mismo círculo. Por el lado de la Cumbre, resulta irrisorio la búsqueda de experiencias que se encuentran aisladas o, en su defecto, que funcionan como “lavadores” de imagen para compañías que ya provocan daños al ambiente. Más todavía cuando no se tomó como ejemplo las distintas experiencias agroecológicas que se expanden tanto en la provincia como en todo el continente latinoamericano. En lugar de eso, se habló más de las larvas de Gunter Pauli.

Pero la insistencia de hablar de “economía circular” se explica también por la falta de conceptos desde el sector más militante a la hora de programar proyectos superadores, en un contexto que se supone se demanda búsquedas de salida económica. Porque si el año 2020, los debates para salir del estancamiento económico, fruto de las medidas sanitarias contra la pandemia, se dispersaron entre el lanzamiento del “aporte a las grandes fortunas” o el frustrado intento por expropiar a Vicentín, en lo que va del año 2021, la cartera económica del Estado viene llevando a cabo un silencioso ajuste que tanto complace al Fondo Monetario Internacional, que se viene sintiendo a partir del aumento de los alimentos, entre otros. Todo, con el afán de pagar de a poco la deuda que dejó Macri, contraída como un modo paliativo de la fuga de billetes que se llevaron puesto los dueños de esos mismos alimentos, o los que ven mayor margen de ganancias si se quemara la cobertura vegetal serrana para realizar sus anunciados loteos.

Tal como lo señaló Alejandro Bercovich, en su última columna de BAE Negocios, el ajuste del gobierno llevó a recortar el déficit primario (ingresos menos gastos, sin contar el pago de intereses de la deuda) del 7,4% del PBI en el primer semestre de 2020 al 1,1% del PBI entre enero y junio del 2021. Si su idea era revertir el gasto extraordinario que generó la pandemia, se pasó de largo, porque incluso es más chico que la de los primeros semestres de 2016 (-2,7%), 2017 (-2.7%) y 2018 (-1,5%). No conforme con eso, en el Congreso Nacional surgirán cuatro proyectos, que también encandilarán los ojos del FMI, ya que comprometerían recursos al Estado a largo plazo, por los beneficios que ofrecerán a las grandes empresas. Hablamos de la Ley de Hidrocarburos, de la Agroindustria, de la producción automotriz y de la Movilidad Sustentable.

Como contrapartida, el sector de la economía popular, a partir de las movilizaciones en San Cayetano, exige que el Estado pague un salario básico universal equivalente a un tercio del salario mínimo para 9 millones de personas con un costo bruto del 2,5% del PBI, que se reduce al 1,1% del PBI si se descuenta el incremento de recaudación que generaría, apuntó “Berco”. Pero también incluyeron una batería de propuestas como la protección de cinturones verdes y el lanzamiento de una Reparación Histórica de la Agricultura Familiar e Indígena para una Nueva Ruralidad en Argentina. Todas demandas expresadas de manera callejera.

La necesidad que en los discursos del activismo estén presente éstos temas resulta vital para que esos campos discursivos no sean ocupados por los mismos que salen a especular la tierra, con la caja de fósforos en sus manos.