Nuestro amo juega al esclavo
Una crónica dela no-toma en la Universidad de Río Cuarto. Frente a las representaciones estudiantiles que descansan en los discursos del pacifismo como medida de acción política, ¿es momento de disputar o de dialogar?
Por Santy Rodriguez
En la Universidad Nacional de Río Cuarto, se desarrolló la asamblea interclaustro. En la misma se discutieron formas de acción colectiva, como plan de lucha en contra de las políticas que está llevando adelante el gobierno nacional para desfinanciar a la educación pública.
Hubo diferentes puntos de vista con respecto a las acciones concretas para llevar adelante dicho plan. Lo que queda en evidencia es la articulación entre los dos frentes estudiantiles alineados para compartir un mismo discurso: “No se puede estudiar con aulas vacías”. Es el caso de Dinámica Estudiantil y Franja Morada.
Dentro de la estructura que forma parte de la Franja Morada, se vieron cariñosamente con el candidato a la intendencia Gonzalo Parodi, de la Unión Cívica Radical. Así, tal cual, el mismo partido que votó a favor de la Ley de Bases, que es, a grandes razones la puerta que abrió al gobierno nacional para llevar adelante sus políticas de saqueo en contra de la clase obrera. Parodi llevó a una de las integrantes de la agrupación Morada como candidata a concejal para las pasadas elecciones municipales de la ciudad de Río Cuarto, donde el peronismo consagró la victoria con un 37,17 % de los votos.
Martillo y clavo
El día lunes anterior, se desarrolló una asamblea convocada por diferentes espacios estudiantiles para prepararse para el interclaustro del día martes. Durante la asamblea se discutió la propuesta de tomar la universidad, entre otras acciones colectivas.
Hay alrededor de 28 facultades tomadas en todo el país. Los reclamos son concretos: no se puede llevar adelante una institución con un presupuesto y salarios de miseria. Frente a ese contexto, las universidades, además arrastran una deuda histórica con los sectores populares. Es difícil encontrar a hijxs de trabajadorxs habitando las universidades. Y, con un discurso habilitado a los sectarismos, estas instituciones se van a empezar a llenar de una clase privilegiada que, aún, cree en universidades para pocxs.
Durante la asamblea, cuando se discutieron acciones colectivas, dirigentes de la Franja Morada se levantaron y fueron a discutir a la sede de la Federación Universitaria, que se encuentra a pocos metros de donde se desarrollaba dicha actividad, en un claro ejemplo de darle la espalda a la discusión política y encontrar, en colectivo, acciones concretas para darle brazo a torcer a un gobierno fascista que ataca constantemente a lo público.
Mientras la asamblea interclaustro se desarrollaba, los dos frentes votaron en contra de todas las medidas de fuerza que propusieron estudiantes, docentes y no docentes de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Pero sí votaron a favor de declarar a la Asamblea a favor de la educación pública. Una contradicción absoluta, si se evalúan las medidas de fuerza que se están llevando adelante a nivel nacional en todas nuestras universidades. Además, se habían encargardo de convocar al estudiantado en general a votar en contra de la toma y las medidas de fuerza.
Es un claro ejemplo de cobardía, ya que la mayoría de las personas que votaron no habían participado del debate durante la asamblea.
Luego de la asamblea el rectorado de la universidad lanzo un comunicado desprestigiando a la toma como forma de intensificar las medidas de fuerza. “Comprendemos y compartimos la legítima preocupación frente al des financiamiento de la educación pública; sin embargo, consideramos que las tomas de las universidades son funcionales a formas y prácticas políticas que fragmentan el genuino interés en defender un derecho universidad” dice el comunicado difundido por el rectorado de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
El que hacer cotidiano
¿Cómo prepararse para lo que se viene?
El gobierno nacional se impuso en el discurso público con el “salvesé quien pueda” para triunfar en las elecciones nacionales del pasado año. La batalla que estamos llevando adelante como clase trabajadora no puede estar exenta de la batalla cultural.
El “Que se vayan todos” del 2001, que fue una de nuestras consignas para darle derrota al gobierno neoliberal de De la Rúa, lo utilizó el actual oficialismo para ganar las elecciones. La batalla que hoy nos encuentra es la política, la económica y también la cultural. Tenemos que empezar a generar los espacios para pensar en acciones concretas, pero también para pensar y pensarnos como sujetxs politicxs que salgan a conquistar el discurso público.
Las universidades no están exentas de lo que sucede a nivel social. Encontramos un tejido social roto por diferentes errores que hemos cometido y que ha cometido la dirigencia política. Hay que empezar a pensar en dar la batalla cultural y discursiva.
Lo que sucedió en la Universidad de Río Cuarto es un claro ejemplo de pensar en qué terreno estamos asentados, donde hay una parte de la comunidad universitaria que cree en la mercantilización de la educación y que sea solo para un sector de la sociedad. Siguen creyendo en el gobierno nacional como una forma de “hacer política” desde el individualismo. Las universidades son necesarias por fuera de las islas académicas y llegando a los territorios populares, pero también hay que pensarlas como territorios para trabajar desde adentro y en disputa.
Pensar en el otrx como un sujetx para invitarlo a pensar en un nuevo país, en ese nuevo país que creemos y queremos.
La Franja Morada y Dinámica Estudiantil son los alfiles que las grandes estructuras llevan adelante para conquistar el discurso de ese terreno, y es necesario empezar a tener en cuenta de que no hay diálogo posible. Pero sí una disputa política. Porque cuando lo discursivo y lo cultural se ponen en el centro, es capaz de grandes transformaciones.
Por algo también se están atacando constantemente.