Alentar el ingreso del feminismo a las brigadas
Peligro: riesgo de incendio extremo. Alivio: personas que se organizan para proteger el monte nativo. Advertencia: las brigadas cordobesas trabajan desde múltiples frentes, permeando las instituciones tradicionales con nuevos valores. Resultado: equipos diversos en acción. ¿Es posible vincular el brigadismo con el feminismo?
Por Flo Straso
Fotos: Gentileza Agustina China Cadamuro
El año pasado se quemaron más de 300.000 hectáreas de bosque nativo en Córdoba. Por ese entonces, la situación era kaotika: un sistema obsoleto, un plan de manejo de fuego sin implementar, bomberos que no daban a basto, etcétera. No es noticia que muchas veces la sociedad se organiza, creando comunidad, para cubrir las falencias del Estado. Una acción que se motoriza desde la organización.
Creando Brigadas es un espacio de articulación y coordinación de actividades en conjunto con todas las brigadas de Córdoba que se creó el año pasado, en septiembre, con los incendios en curso de ese entonces. Virginia Sánchez Domínguez es bióloga, guardaparque y participante de la brigada en conformación “Isquitipe” de Río Ceballos; también vocera de Creando Brigadas, espacio que se conformó para cuidar el monte de Córdoba, realizando cursos, organizándose para adquirir herramientas y elementos de protección personal. Conversamos con Vir para conocer un poco más.
–¿Vir, qué son las brigadas?
-Las brigadas forestales son grupos de personas que están organizadas, formadas -en su mayoría- en incendios forestales como combatientes…. que no es lo mismo que un bombero. Éste se encarga de incendios estructurales, donde corre riesgo la vida de las personas, sus viviendas; su tarea es proteger los bienes y las personas. Los combatientes, en cambio, trabajan en incendios forestales, en bosques, en el monte, en la montaña. Necesitan conocimientos sobre topografía, meteorología, combustible y cómo reaccionan… Además, las medidas preventivas son diferentes a las del bombero.
En las brigadas, hay personas que se dedican a la logística, a la comunicación, a la planificación y a la seguridad… Dentro de los combatientes se realizan las operaciones (operativos en acción al momento del fuego).
Actualmente en Córdoba hay distintas brigadas en conformación, en distintas etapas y procesos. Son grupos de vecinos que se empezaron a formar, a adquirir elementos de protección personal, y articularon con diferentes instituciones que participan a la hora de combatir el fuego, como Defensa Civil, bomberos, intendencias y municipios.
–¿Cualquier persona puede ser brigadista?
-Sí, debe saber que priorizamos la seguridad y que es indispensable tener los elementos mínimos de protección personal. Siempre hacemos actividades para recolectar dinero, donaciones, rifas, venta de empanadas y de locro con el fin de adquirir cascos, gafas, borcegos, guantes, ropa ignífuga, y demás. Para ser combatiente es necesario sí o sí hacer un curso de formación y cubrir una mínima cantidad de actividades en conjunto para trabajar en equipo. Si no se quiere combatir el fuego, se pueden sumar en otras áreas, logística, comunicación y más…
-¿Es posible mirar las brigadas con perspectiva de género? ¿Crees que hay una relación entre brigadismo y feminismo?
-Es posible y necesario. La actividad de brigadista forestal, de guardaparque o de bomberos siempre ha sido considerada -con cierto prejuicio- una actividad de varones, fuertes, con buen estado físico, dispuestos a dar su vida y sacrificarse como un héroe para el bien común. Y ahora mujeres, disidencias y otras identidades participan cada vez más en estos espacios… Lo cual es algo nuevo que tiene que ver con la necesidad de ocupar espacios que antes no se ocupaban por una situación de emergencia, pero al mismo tiempo, es una deuda pendiente que tenían esas instituciones con la diversidad.
También se relaciona con verse de otra manera, desde el cuidado, no desde la competencia, sino desde el trabajo en equipo… No sé la relación entre brigadismo y feminismo; pero sé que el feminismo atraviesa todo porque lo personal es político, y es una forma de empatía y de aceptar la otra persona y la diversidad.
Creo que se puede y se debe alentar el ingreso del feminismo en las brigadas. Incorporar otras corporalidades, otras identidades de género, que puedan traer nuevas maneras de actuar, no desde un lugar de imposición, de fuerza o de trabajo físico, de romperse físicamente y darlo todo, sino desde otras técnicas.
También, enseñar a la compañera que quiere aprender porque no tiene la experiencia porque nunca tuvo la oportunidad de usar un pico o una pala. Y hablo por mí. Generalmente, nos enseñaron a ser más delicadas, más pasivas… y de repente me encuentro con compañeros que les cuesta parar un poco y encontrar la manera de enseñar, de pasar la técnica o reconocer sus limitaciones… Sus limitaciones físicas, el autocuidado, bajar un poco la competencia y entender que tenemos que trabajar en conjunto, todos al mismo nivel para avanzar.
Hace tiempo, en una asamblea, una compañera habló de la verticalidad que tenemos al momento de actuar, que no es lo que pasa al momento de decidir cosas, cuando nos manejamos de manera horizontal. Sin embargo, al momento de actuar en un incidente, necesitamos jerarquía, roles y que ciertas personas tomen las decisiones y otras simplemente confíen y cumplan su rol.
En términos de Yin y Yang, se puede pensar la parte más estructurada de las brigadas como el lado masculino; y el lado femenino, de la nutrición, el cuidado, la integración de todas las opiniones… Que cada cual vaya reconociendo ambos lados y no situarnos en un extremo o el otro, sino poder integrar, hacer un equilibrio… Eso tiene que ver con el feminismo.
–¿Cuál es el estado actual de las sierras de Córdoba?
-Las sierras están hace varios años en peligro, amenazadas por distintos intereses, económicos y políticos, que tienen que ver con cambio de usos de suelo e intenciones de barrios privados, canteras, rutas… Todo eso mediante decisiones políticas y presiones económicas de grandes sectores que atacan directamente al monte nativo, que está en las sierras y que es lo que nos da el agua que tomamos. Las sierras son un gran tanque de agua que nos da de tomar todos los días, a todos los habitantes de la provincia… Lamentablemente, si no hay más bosque no hay más agua: no sólo están amenazadas las sierras, sino nuestro modo de vida y nuestra salud.
Afortunadamente, hay un movimiento muy grande, de organizaciones y personas -en brigadas, asambleas, y distintos espacios de participación de áreas protegidas, como reservas municipales- que gracias al trabajo de guardaparques, vecinos y demás, se están implementando, realizando actividades de remediación, de educación ambiental. Hay mucho movimiento, proporcional a la amenaza… Esperemos que podamos hacer la fuerza suficiente para que no lleguemos al desenlace menos deseado… No sé qué haríamos si no tenemos agua para tomar, si no tenemos monte, suelo aire…
–¿Qué mensaje compartirías con la comunidad en general?
-Incentivarlos a que participen desde donde puedan… Desde una donación, hasta participar en algún espacio de organización aportando conocimiento desde lo que estudiamos, desde el trabajo que hacemos, desde donde sea… Comunicando, reenviando, compartiendo, y usando las redes sociales a favor… Hablando con sus familias y amigos de las cosas que pasan, porque la situación lo amerita.
La participación es necesaria y el estar ahí hace que uno tome conciencia de cómo son las cosas… Que no la vean desde afuera, que intenten acercarse y preguntar… Y participar. Y despertar. Con que una persona aporte su parte y entre en conciencia, ya cambia, ya suma, ya es distinto.
¡Gracias, Vir!