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Si la lactancia es un derecho, las puericultoras debemos tener ley

Las puericultoras quieren una ley nacional para que su trabajo sea regulado y para que toda persona pueda acceder pública y gratuitamente a una profesional de la lactancia que le brinde acompañamiento y herramientas para que el deseo de amamantar se logré y se sostenga.

Texto Micaela Petrarca Ilustraciones Sayi Paris

Si bien la lactancia es un proceso natural y fisiológico, pueden surgir pequeños detalles que impiden que esta se desarrolle de manera adecuada. Es allí que el rol de la puericultora es fundamental, ya que brinda información, con aval científico, que puede cambiar esa realidad y lograr una lactancia exitosa.

Mucho se habla de lo importante de la leche materna para el desarrollo y crecimiento físico y emocional de les bebés, pero hay pocos recursos al alcance de aquellas personas que amamantan. Aún las madres siguen estando invisibilizadas socialmente desde la falta de políticas estatales o el incumplimiento de las leyes, a pesar del inmenso rol de entrega a la crianza y el desarrollo saludable de las nuevas generaciones (lo que sería por definición la puericultura). Que las familias puedan acceder a información adecuada, técnicas y asistencias, es sumamente importante para que la lactancia sea un derecho.

Que sea ley

Hoy en día solo pueden acceder a la puericultura aquellas familias que tienen la posibilidad económica. Quienes no, quedan expuestas a desinformación de profesionales no especializados o a mitos culturales, enfermedades, o el impedimento de la lactancia.

Por estás razones, las puericultoras levantan la bandera: Si la lactancia es un derecho, las puericultoras debemos tener ley.

“El proyecto de ley lo que busca es regular el ejercicio de nuestra profesión. Es decir, tener derechos y obligaciones en tanto puericultoras. Militamos para ser reconocidas dentro del servicio de salud. Aunque ya trabajamos en centros, no estamos reconocidas legalmente y eso nos lleva a la precarización laboral. La otra parte de nuestra militancia es el hecho de que todas las familias puedan acceder a un servicio de una puericultora, un acompañamiento, para que, justamente, al ser un derecho, sea un derecho y no un privilegio como lo es hoy”, explica Verónica Crosatto, puericultora y doula.

Actualmente la mayoría de las puericultoras trabajan de manera particular con consultas pagas a domicilio. Otras están en clínicas privadas. Pero no son reconocidas cómo tales, sino como administrativas (con el salario correspondiente a un personal administrativa), o directamente como monotributistas. Y aquéllas que trabajan en hospitales públicos, logran ingresar al sistema a través de las escuelas, por convenio, pero realizan su trabajo de manera voluntaria.

“Hay en algunos hospitales públicos puericultoras que están pagas, a veces bajo monotributo, pero son las menos. También hay en centros de atención primaria de salud, sobre todo en el conurbano. Hay experiencias en Pilar, Hurlingham y la más buena, se podría decir, es Mercedes, que tiene muy bien organizada la atención de las puericultoras en centros de cuidados primarios y en hospitales”, cuenta Verónica, que en su caso ejerce su profesión de manera particular. Y agrega que la mayoría de las puericultoras, ante la falta de regularización y la precarización laboral e informalidad, tienen más de un trabajo. Ella es además operadora de emergencias médicas en una obra social, y allí es la puericultora referente de las afiliadas al sindicato de su trabajo.

Condiciones dignas de vida

La Ley podría brindarles a las trabajadoras derechos que le permitan vivir en condiciones dignas con el ejercicio de su profesión. Y para que el acceso a este acompañamiento sea más igualitario, se pide la presencia de una puericultora en cada espacio, es decir, se habla de territorio, de centros primarios de salud, de hospital, de maternidades.

“La ley plantea que estemos como personal de asesoramiento en lactancia dentro de lo que es la Ley 25.929 de parto humanizado. Lo que haría esto, es que el servicio de puericultura sea obligatorio incluso para las obras sociales, generaría una universalidad de acceso a este servicio”, agrega Verónica.

El proyecto de Ley fue presentado por la diputada del Frente de Todos, Vanesa Siley. En lo que va del año se han realizado dos grandes movilizaciones a nivel nacional. La primera fue el 19 de mayo. La segunda el 2 de agosto, dónde se pidió públicamente, mediante la lectura de un documento, que se tratará el proyecto de ley. Hasta el momento han conseguido reunirse con la comisión de la salud para que de comienzo al trabajo en comisiones.

Las puericultoras trabajan y buscan trabajar de manera interdisciplinaria, con otros profesionales de la salud como pediatras, neonatólogxs, entre otres. O brindando asistencia técnica, recursos actualizados y con aval científico. “Hay muchísima desinformación, mucho de lo que se dice está basado en mitos y no en evidencia. Entonces tenemos un bebé que presenta bajo peso, que no puede recuperar rápidamente el peso del nacimiento. Y lo que se suele hacer es complementar con fórmula cuando nosotras, las puericultoras, conocemos un montón de alternativas a eso. Se puede trabajar y se debería trabajar como planteamos, de una manera transdisciplinaria, dónde todos los profesionales del área perinatal puedan acompañar una lactancia que no está siendo del todo fructífera si se quiere”, comenta Verónica.

Otro pilar de su labor es el apoyo y la contención emocional que brindan, desde una escucha presente a los deseos, dudas y preocupaciones que traen quienes amamantan. Es un acompañamiento integral, físico, mental y social, donde se tienen en cuenta las particularidades, preferencias y valores culturales de cada bebé y cada familia.

Además brindan información acerca de los derechos que les corresponden a las personas trabajadoras que amamantan. Para aquellas que tengan que reingresar a un espacio de trabajo que sea fuera de casa, por ejemplo, se plantean estrategias de cómo armar un espacio de lactancia en caso de que la madre y trabajadora quiera extraerse leche. Lamentablemente es común que la mayoría de los trabajos no cuenten con ese espacio. En muchos ámbitos laborales sigue existiendo la vulneración de derechos en relación a este punto.

Un proceso integral

“Acompañamos a la familia desde la gestación, luego el parto, y durante los primeros dos años de crianza de hijos e hijas. Aportamos dentro del marco de la crianza respetuosa. Acompañamos lactancias deseadas. Y esto es importante decirlo, porque no queremos que la lactancia sea un mandato más para las personas que amamantan o que gestan, sino qué sea realmente deseada, y que desde ese deseo puedan ser acompañadas para su buena instalación y su sostenimiento. Brindamos información y respetamos los tiempos de cada una, de cada díada y sus decisiones, obviamente”, cuenta Verónica.

Es importante que cualquier persona pueda acceder a un acompañamiento específico como este, porque “si una lactancia no se puede instalar o hay dificultades para instalarla, con nuestro aporte, en la mayoría de los casos, funciona. Y esto implica que no tengan que acudir a fórmulas, que no hayan pezones lastimados, que se reduzca el riesgo de mastitis, que no haya reingresos por bilirrubina alta, que no haya incremento deficitario de peso.

Que una lactancia sea, que esté bien instalada, disminuye los riesgos de reingreso por guardia por alguna enfermedad, reduce la otitis media, por ejemplo. Además de los beneficios que implica obviamente para ese bebé, esa beba, y para la persona que amamanta, también lo es para la salud pública o privada, porque implica menos gasto”, agrega la puericultora.

La leche materna previene enfermedades tanto maternas como infantiles, pero además, recibir leche humana en los primeros años de vida reduce enfermedades que pueden generarse en la adultez. “Previene enfermedades como diabetes, cómo cáncer, cómo obesidad, hipertensión en la adultez y previene la enterocolitis necrosante, que es una enfermedad que en general se da por ingreso de fórmulas infantiles y, bueno tambien la leche materna tiene beneficios a nivel emocional, de apego”, explica Vero y agrega que otro “beneficio” que le encuentra a la lactancia es que al ser el elemento específico de la especie, coloca a todes les bebés en el mismo lugar de dónde partir en cuanto a la alimentación, es decir: tienen todes el mismo comienzo generando un nivel de equidad y desarrollo infantil.

Cuidado y soberanía alimentaria

La lactancia es soberanía alimentaria y dar la teta es algo que se aprende. Que la persona que amamanta pueda acceder a una puericultora implica una reducción de gastos en salud pública, también a nivel ecológico, y por supuesto, a la economía familiar. Verónica invita a reflexionar sobre todas las familias del país que no tienen acceso a agua potable, y en este sentido explica: “Lo bueno que sería poder acceder a un acompañamiento que ayude a sostener esas lactancias y no tener que recurrir a leches formuladas, que mucha veces consiguen leches en polvo y a veces no hay agua potable. Me parece súper importante, me parece justicia social. Me parece que es una ampliación de derechos importantísima que se pueda lograr la sanción de está ley y que haya una puericultora en cada lugar”

Para que no se no pueda amamantar, deben existir patologías muy específicas del bebé o de la mamá, “pero son, te diría, el 0.1%”, dice Vero. Los otros factores que impiden dar la teta, tienen que ver, según el protocolo que rige en el país, si tienen HIV, o han consumido sustancias ilícitas durante el embarazo. Si habitualmente la gestante es consumidora, no se les permite amamantar.

Pero allí es también dónde las puericultoras pueden tomar un rol. ¿Quién podría acompañar sino a aquellas personas que por alguna u otra razón no van a poder amamantar pero su cuerpo desencadena un cuadro hormonal de todas formas, dónde las tetas se llenan de leche? Se juega un rol emocional muy fuerte. O en los casos de muerte perinatal, fisiológicamente, se produce leche, y es algo más profundo que solo cortar esa producción con una pastilla. “Nosotras ahí tendríamos un papel de acompañar posibles problemas de ese corte de lactancia. Y en el caso de muerte perinatal, lo que también nosotras decimos, es que hay que escuchar a esa mujer, que siente, que quiere, que necesita. Muchas quieren donar su leche y eso debería ser acompañado por personal idóneo y poder hacer que ese deseo se cumpla”, explica Verónica, quien también pertenece a UPA.

La Unión de Puericultoras Argentinas (UPA) fue quién impulsó el proyecto de ley. Se trata de una asociación civil que nace a partir de las limitaciones laborales que deben atravesar quienes ejercen está profesión. Su objetivo es nuclear a todas las puericultoras del país para realizar acciones en conjunto que aporten al desarrollo de su labor, tanto a nivel social, como en los centros de salud. Impulsan acciones para la difusión y el apoyo a la lactancia materna en todos los ámbitos, como también capacitaciones profesionales para puericultoras y charlas para la comunidad.

En el pedido de Ley se integran socias de UPA, y otras puericultoras que no son socias, en la cuenta @leydepuericultorasya, dónde manifiestan sus reclamos y actividades.

“También es cierto que el rol de la puericultora no es del todo conocido, si bien se está empezando a instalar el tema, no siempre se sabe que existimos y a qué nos dedicamos”, finaliza Verónica, quién también es doula. Por está razón, participan en encuentros y llevan adelante eventos en distintas plazas para visibilizar su trabajo, mostrar la importancia de que todes puedan acceder a una puericultura y que se apruebe la ley.