Si yo fuera presidenta (segunda semana)
Luego de su primera semana, nuestra compañera transfeminista Yunga nos cuenta qué haría en los próximos días de su gobierno.
Por Yunga | Ilustración: @fuskavisual
8. Para la segunda semana de mi mandato habrán aparecido una buena cantidad de científiques con ganas de participar en la subcomisión de Distribución de las Tareas de Cuidado. Gestionaré una reunión con elles y les propondré diseñar una aplicación que permita a les habitantes de una ciudad pequeña elegir hasta 5 tareas, ordenándolas de acuerdo a su deseo.
Supongamos, por ejemplo, que Laura, David y Julia elijen:
Laura | David | Julia | |
1 | Pasar música | Taller de música | Cocina del comedor comunal |
2 | Cosechar manzanas | Cosechar uvas | Manicurar marihuana |
3 | Recolectar leña | Cuidado de niñes | Recolectar leña |
4 | Coordinar taller de cocina | Cuidado de ancianes | Cuidado de ancianes |
5 | Planificación de eventos | Limpieza del comedor comunal | Sembrar papas |
Como una condición inicial, podríamos partir de una lógica de “igual remuneración por igual trabajo”, de tal forma que la cantidad de horas que cada habitante deba dedicar a estas tareas por semana sea igual a 20, distribuyendo las tareas de acuerdo a la elección de cada persona y a la cantidad de horas disponibles para cada tarea (que dependerá a su vez de las necesidades de la comuna).
Por ejemplo, en el caso anterior la distribución será quizás:
José | David | Julia | |
1 | Coordinar taller de cocina (6 hs) | Cuidado de niñes (6 hs) | Cocina del comedor comu. (10 hs) |
2 | Pasar música (4 hs) | Cosechar uvas (5 hs) | Manicurar marihuana (4 hs) |
3 | Cosechar manzanas (4 hs) | Taller de música (2 hs) | Sembrar papas (2 hs) |
4 | Recolectar leña (4 hs) | Cuidado de ancianes (1 hs) | Cuidado de ancianes (2 hs) |
5 | Planificación de eventos (2 hs) | Limpieza del comedor comunal (1 hs) | Recolectar leña (2 hs) |
Donde si bien Laura prefería pasar música que dar talleres de cocina, la comuna necesitará (sobretodo en los primeros meses) muchas más horas de talleres que de fiestas, por lo que en la distribución le tocan 6 horas semanales en talleres y 4 pasando música. De nuevo, este tipo de distribución dependerá de las discusiones comunales que la TPP (subcomisión de Tecnologías de Participación Política)se encargará de gestionar. Podría pasar, por ejemplo, que una comuna decida especializarse en organización de fiestas y ofrecerlas a otras comunas a cambio de talleres de cocina.
Ahora bien, para el segundo mes la aplicación deberá tener en cuenta que en el mes anterior hubo tareas más elegidas que otras y basarse en esa información para determinar el “valor” de cada tarea, de acuerdo a las ganas de sus habitantes para realizarlas. Por ejemplo, si un gran número de personas eligió Manicurar Marihuana y muy pos eligieron Limpieza del comedor comunal, entonces la aplicación determinará la equivalencia:
1 hora de Limpieza del comedor comunal
= 2 horas de Manicurar Marihuana
= 0.5 horas de Cuidado de niñes
= 2.5 horas de Pasar música
Si fuera cierto que, como dicen los liberales, la oferta y la demanda determinan el valor de los trabajos en el capitalismo, entonces la hora de minero debería valer cien veces más que la hora de diputado; y sin embargo, como bien sabemos, detrás de esa valorización se ocultan las “manos invisibles del Mercado”: empresas de familias históricamente privilegiadas que negocian con los Estados y ponen un precio bajo a las tareas pesadas. No hay nada intrínsecamente malo en “la ley de la oferta y la demanda”. Como cualquier herramienta, depende de su uso. Mediante una aplicación constantemente discutida por todes les habitantes de la comuna sería posible utilizar esa “ley” para determinar un valor democráticamente elegido para cada tarea.
Volviendo al ejemplo de Laura, David y Julia, podemos suponer que en el primer mes pocas personas han elegido Cuidado de Ancianes como primeras opciones, por lo que ahora esa tarea pasará a valer más que las otras. Alguien que ese mes elija Cuidado de Ancianes como primera opción podría recibir 10 horas de esa tarea y 5 de otras, con un total de sólo 15 horas por semana; mientras que, por otro lado, habrá personas que trabajarán 25 horas semanales en aquellas tareas que son tan atractivas que la gente sigue eligiendo realizar, aunque requieran más horas.
Esta segunda selección volverá a modificar el valor de cada tarea, y así sucesivamente, ajustando mes a mes la correspondencia entre el “valor” de una tarea y el deseo de les habitantes de realizarla. Adam Smith y David Ricardo asociaban valor y productividad, Marx asoció valor y trabajo y los economistas del siglo XX asociaron valor con oferta, demanda y uso… la revolución transfeminista nos exige asociar valor y deseo.
9. El noveno día de mi mandato me juntaría con la TPP (subcomisión de Tecnologías de Participación Política) y les pediría diseñar un sistema rotativo que permita a todes les habitantes participar de las decisiones comunales, como ser: ¿Cuántas horas semanales necesita la comunidad de cada tarea? ¿Cómo determinar si una persona está cumpliendo bien su tarea (y qué hacer si es que no)? ¿Cómo actuar en casos de abuso sexual? ¿Qué políticas se implimentaran en relación a recibir a personas de otras comunas que deseen mudarse a la nuestra? Etcétera.
Durante los primeros meses, cuando la federación de comunas autónomas esté todavía muy verde y se trate simplemente de pequeñas ciudades con bolsas de trabajos, la principal tarea de la TPP será trabajar con la de DTC (Distribución de las Tareas de Cuidado)para diseñar una transición rápida que no lleve al caos.
Como he mencionado antes, el primer objetivo es lograr que cada habitante dedique 2 horas diarias a alguna tarea relacionada a la producción y distribución de alimentos. Esto implica que por ejemplo una docente o une oficiniste que hoy dedica 8 horas por día a su trabajo, podrá intercambiar 2 de esas horas con alguien que se dedique a la producción de alimentos. Cada pequeña ciudad tendrá su propia lógica, pero por ejemplo las 2 horas de docencia que ahora deberán cubrir les productores de alimento podrían tomar la forma de un taller de siembra; o bien, las 2 horas de un taxista serán cubiertas por algún productor que elija esa tarea.
Es decir, en un primer momento se podría convocar algún número de habitantes de cada ciudad pequeña (digamos por ejemplo cien) que deseen trocar 1 o 2 horas diaras de su trabajo por tareas relacionadas a la producción de alimentos y, al mismo tiempo, alguna cantidad de productores de alimentos que quieran trocar esas 100 o 200 horas.
10. El día 10 me juntaría con lx presidentx de AFA. La estrategia más rápida para generar comunas autogestivas es autonomizar las pequeñas ciudades que se encuentran lejos de las ciudades; sin embargo, como el plan a largo plazo es organizar todo el territorio en tres mil comunas, lo que buscaré será reproducir en los clubes de barrio lo que se hará en las pequeñas ciudades.
Todos aquellos clubes de menos de 30 mil socies serán invitades a participar de la Comisión de Emergencia Planetaria, generando una bolsa de trabajo y trocando tareas con productores de alimentos.
11. El onceavo día me juntaría con figuras de la jerarquía eclesiástica. Según un informe del 2017, la Iglesia Católica poseé alrededor de 170 mil hectáreas en el territorio argentino, suficientes para alimentar a unas 250 mil personas. Así como habrá comunas ateas, comunas mapuches y quizás hasta comunas satánicas, podría haber también comunas en las que esté prohibido el aborto y las expresiones públicas de homosexualidad. ¿Cuántos milenios más seguiremos intentando encontrar una moral común? Más esfuerzo ponemos en unificar nuestros conceptos del Bien y el Mal, más se ramifican sus posibles interpretaciones. En lugar de seguir obligándonos les unes a les otres a pensar igual que une… ¿por qué no generar mejor tres mil comunas, cada una con su propia moral y sentido de justicia, permitiendo a cada persona vivir en la comuna que mejor se ajuste a su sentir?
Por supuesto, hay una discusión pendiente cuando permitimos que cada comuna decida su propia moral, pero no es distinta a la que hoy vivimos a nivel planetario (a excepción de una cuestión de escala). Así como existen hoy Estados que amputan clítoris, cortan las manos de quienes roban o gestionan genocidios étnicos, así también podrían existir comunas que nos parezcan más crueles que otras; y sin embargo, que las comunas sean autónomas no significa que no puedan interactuar (al igual que interactúan hoy los Estados autónomos). Si resultase que en una comuna hubiera mucha violencia de género, será entonces responsabilidad de las otras comunas organizarse para intervenir. Como demuestra el caso de Palestina, la escala actual de los conflictos morales y el placebo de la virtualidad hacen que sea muy difícil intervenir para modificar lo que nos parece injusto. Si recuperamos la participación colectiva (y si permitimos a las personas la libertad de elegir su comuna), aquellas comunas en las que haya menos explotación, tortura y represión serán las que con más facilidad se multipliquen (esto también está sucediendo a escala global, como demuestra la nueva alianza independentista de los estados africanos del Sahel).
Ajustando la escala de las sociedades de acuerdo a la diversificación de culturas y creencias podremos lograr al fin acuerdos comunes que nos permita desarrollar nuestro deseo sin necesidad de negociarlo con una enorme cantidad de colectivos.
12. El doceavo día me juntaría con la Red de Reconocimiento del Trabajo Sexual. En los últimos años una enorme cantidad de habitantes se dedicó a la venta de contenido; y sin embargo, casi la mitad de esas ganancias fueron a parar a manos de empresarios extranjeros dueños de plataformas como OnlyFans o PayPal. Mi gestión será buscar intendentes que se animen a incluir al trabajo sexual (virtual o presencial) en la bolsa de trabajo. No me preocuparía demasiado por “legalizar” (pues recordemos que apuntamos a que cada comuna establezca sus propias leyes), sino que trabajaría junto a abogades de la DTCpara encontrar la forma de mantenernos en el límite de la legalidad (enmarcándolo por ejemplo como producción pornográfica, aún en los casos en los que los actores paguen para participar y las cámaras queden apagadas).
13. El día 13 me juntaría con el jefe de las Fuerzas Armadas. En mi fuero interno sueño con una Federación de Comunas mundial. Un éxito tan rápido y profundo que sea imitado por todos los Estados del planeta, donde entonces la lucha armada quede reducida a aquellas comunas que deseen matarse a tiros por placer, sin involucrar grandes masas civiles, Estados y economías. Y sin embargo, si algo he aprendido del peronismo, es que a veces hay que negociar lo innegociable. Una transición hacia la Federación podría dejarnos expuestes a ataques directos (en forma de invasiones) o indirectos (mediante Golpes de Estado), por lo que si yo me quedase en un ¡Muerte a la yuta! anarquista o un Me cuidan mis amigas transfeminista, pecaría de ingenua y nos dejaría a la merced de la inclemencia imperialista.
Si bien habrá comunas en las que los militares de las armas estén prohibidas, comunas en las que todes sus habitantes estén armades, comunas con cárceles, comunas donde las penas se midan en años de exilio y quizás incluso comunas con penas de muerte; más allá de toda posible autonomía para decidir las medidas de seguridad y cuidados de cada comuna, una articulación inter-comunal será necesaria para evitar posibles ataques imperialistas.
14. El segundo domingo de mi mandato gastaré la mitad de mi sueldo en la producción de una porno, filmada por supuesto en la Quinta de Olivos.